“Yo deposité toda mi confianza en él. Prácticamente le entregué mi cuenta en X. La usaba únicamente para repostear sus mensajes en contra del Estado, los sindicatos, la izquierda y las minorías. Y él se quedó con todo eso”. Con estas palabras definió una persona que se define a sí misma como “liberal” el efecto que tuvo la caída de Conexión Ganadera, la empresa del tuitero y tertuliano Pablo Carrasco. Es que los defensores del liberalismo económico veían en Carrasco a un referente en materia ideológica, capaz de materializar en el mundo empresarial sus teorías sobre el libre mercado y su efecto en el desarrollo de la sociedad y el bienestar de los seres humanos. “Carrasco me estafó materialmente, porque se quedó con 30.000 dólares que había ahorrado en diez años. Pero eso no me importa tanto. Lo que más me duele es que me dejó como un pelotudo que no entiende nada de política ni economía”, se lamentó otro liberal, quien decidió impulsar acciones judiciales contra el empresario.

El matiz: “Este tipo de episodios aislados no disminuyen la confianza que tengo en el libre mercado como único impulsor del progreso humano. Además, mi abuela en realidad no necesitaba tanto esos 200.000 dólares que la convencí de invertir”. Liberal de convicciones firmes.