Expertos en los sectores turísticos y de bienes raíces confirmaron que el proyecto del presidente de Estados Unidos está atravesando “un momento crítico, seguramente el más complejo desde que la idea fue propuesta, el año pasado”. Es que las reservas para adquirir terrenos o inmuebles en el megaatractivo turístico con el que Trump pretende solucionar el conflicto israelí-palestino “se desplomaron”. “Aún no sabemos bien por qué tantas personas están perdiendo el interés. A nosotros nos sigue pareciendo un plan muy bueno, pero claramente hay algunas reticencias entre los consumidores”, reconoció un directivo de The Trump Organization, la empresa de bienes raíces del mandatario.
Fuentes del sector inmobiliario reconocieron que muchos inversores están perdiendo la confianza en Trump. “Existe una sospecha, cada vez más generalizada, de que la idea de expulsar a dos millones de seres humanos para construir un resort que perfectamente podría ser alcanzado por misiles iraníes no sólo era conceptualmente aberrante, sino también irracional”, explicó un operador inmobiliario.
El momento de inspiración: “Podríamos intervenir en el conflicto entre Irán e Israel, por supuesto. Podríamos arrojar algunos misiles sobre Teherán. Y también podríamos disparar algunos misiles sobre los manifestantes de Los Ángeles. No descarto nada”. Donald Trump, loco de la guerra.