Con la misma estructura que Blancos y que Izquierdas, con los que incluso comparte estudio preliminar, tenía el desafío de abordar el partido que construyó, mayormente desde el gobierno, los rasgos principales del país del siglo XX. Y sale indemne de la prueba. A pesar de que no puede evitar colocar al batllismo como eje estructurador –hubiera sido erróneo no hacerlo–, logra mostrar las diferentes aristas que se esconden debajo de ese (doblemente) sobretodo. Tanto en el sentido figurado de la prenda que se asocia con su fundador José Batlle y Ordóñez, como en el sentido sustantivo de corriente que abriga buena parte de la historia política del lema. Tanto es así que el segmento secuencial de los distintos períodos deja de lado el carácter meramente descriptivo para ya anticipar lo que leeremos en la sección de “asuntos, problemas y controversias”. En definitiva, para usar aquella vieja fórmula dialéctica de Carlos Real de Azúa, pensar el impulso y el freno del batllismo es ver las potencialidades y los límites del reformismo. Quizá las páginas más polémicas del libro sean las que escribe Marta Canessa de Sanguinetti sobre Fructuoso Rivera y Venancio Flores. En un impulso a lo Plutarco, la historiadora los vincula como vidas paralelas disculpando, en la tensión de su prosa por momentos electrizante, acciones como el etnocidio charrúa o la guerra de la Triple Alianza contra Paraguay. Al igual que en los otros volúmenes, la cronología final brinda un GPS para orientarse en una segunda lectura de la rica historia de esas colectividades políticas.
Daniel Buquet, Daniel Chasquetti y Felipe Monestier. Crítica. Montevideo, 2021. 418 páginas. 1.190 pesos.