Periodista y traductora, fue la mejor lectora de José Saramago, el premio Nobel de Literatura de quien se celebra, este año, el centenario y con quien se casó en 1988. Española de nacimiento, portuguesa por amor, las respuestas de Pilar del Río a un cuestionario imaginado a partir de la obra de Eduardo Galeano demuestran que también es un poco americana.

1. ¿Qué la hace reír sin parar?

La proximidad de un buen encuentro.

2. ¿Y llorar?

El niño que pelea con unas gallinas el agua de un pequeño recipiente. Lo vi en el suroeste mexicano, no lo olvido.

3. ¿Qué abrazo no se le quita del cuerpo?

Aquel que de tan fuerte nos trasplantó el corazón del uno al otro.

4. ¿Qué sueño recuerda con más intensidad?

La salida de Sevilla hacia Granada: cuando el camión de la mudanza engulló todos los muebles supe que la vida era cambio. Tenía ocho años.

5. ¿En qué momento se sintió más viva?

Viajando por América descubrí que la historia se puede contar de otra manera y me sublevé contra el relato oficial. Entonces maduré.

6. ¿Qué cocina para sus amigos?

Tortilla de patatas con cebolla y pimientos verdes. Y un secreto...

7. Un libro que no haya leído impunemente.

El cuarto propio, de Virginia Woolf. Años después leí Mujeres sin habitación propia, coordinado por Lula Gómez, y supe cuánto nos falta aún.

8. Una música.

Compuesta por mujeres, interpretada por mujeres.

9. Una película.

La vaquilla, de Luis García Berlanga. La inutilidad de las guerras, el ridículo y la estupidez de las guerras. La maldad de quienes las declaran.

10. Un fuego que no deje de arder.

El sistema que nos asfixia a los seres humanos quema la justicia todos los días. Para eso usa todos los medios, también la supuesta legalidad.

11. Alguien o algo que dejar arder en el fuego.

Al fuego con las teorías y las prácticas que promulgan la inutilidad de los ciudadanos, a los que quieren sumisos, amedrentados, resignados.

12. ¿Con qué personaje histórico se tomaría un café?

Con Sor Juana Inés de la Cruz.

13. ¿Y con cuál se iría de copas?

Con Marcos.

14. ¿Qué estatua quitaría para siempre?

Las de los reyes y guerreros de todas las ciudades del mundo.

15. Galeano dijo que la receta perfecta del marxismo mágico es mitad razón, mitad pasión y una tercera mitad de misterio. ¿Qué tres personajes combinaría usted?

Humor, para dejar sin argumentos a los poderosos; emoción, para que aprendan; el uso de la razón y de la conciencia como mandato humano.

16. ¿Su instante de fútbol preferido?

El final.

17. ¿Garrincha o Pelé?

Pelé: me gusta el color de su piel.

18. ¿Qué pecado prefiere?

Cualquiera que vaya contra la moral conservadora y esclavizadora.

19. ¿Qué le diría a Dios?

Calla.

20. ¿En qué le gustaría reencarnar?

¿Me gustaría reencarnarme?

21. ¿De qué color es la imagen que le devuelve el espejo?

El color madura con cada mirada; unas veces asume todos los colores y soy negra, otras todas las transparencias y entonces soy invisible.

22. ¿Cuál es el disfraz más peligroso?

A veces los disfraces son formas inconscientes de emulación. Disfrazarse de [Donald] Trump indica algo, aparte de darle más existencia al monstruo.

23. ¿Qué escribiría en un muro?

¿Vamos?

24. ¿Y en la pared de un baño?

¡Lávate las manos!

25. ¿Qué cosas nunca pueden estar divorciadas?

El hambre y la comida.

26. ¿Para qué le sirve a usted la utopía?

Para nada: es hoy cuando no puedo perder un minuto; eso me dicen los sueños y el plan de trabajo. El mañana se soñará a sí mismo.

27. ¿A qué le dice No, sobre todas las cosas?

Al sentimiento de derrota y a la derrota misma.

28. ¿Cuál es la peor palabra del sistema?

Resígnate.

29. ¿Qué vena sangra más, de las que siguen abiertas?

Pues bien podría ser la de las fuentes subterráneas del poder, aunque América sigue sangrando por todas sus venas, pese al aviso de Galeano.

30. ¿Qué pueden hacer los nadies para dejar de serlo?

Levantarse contra todos los monstruos, los económicos y los políticos. Para eso, cada uno de nosotros, los nadies, tendríamos que ser conscientes de nuestro valor. Ocurre, sin embargo, que esa conciencia nos la roban al nacer, nos hacen súbditos o esclavos del sistema. Si no somos consumidores, no seremos nada, ni siquiera tendremos derecho a la ciudadanía, seremos estadística, simple y llanamente. A los nadies se les niega el acceso al pensamiento y a la formación, se les adoctrina para formar parte de la masa humana que los estafadores irán condiciendo. José Saramago decía que en el mundo hay dos superpotencias: Estados Unidos y cada uno de nosotros. Si fuéramos conscientes de nuestro poder, ni la tierra ni los seres humanos estarían esquilmados.