Michael Ventura. Entropía; Buenos Aires, 2023. 324 páginas, 1.100 pesos.
Invitado por este genial cineasta a escribir un diario de la filmación de lo que sería su última película, Love Streams (1984), el crítico de cine (y fanático de su obra) Michael Ventura convivió durante los meses que duró el rodaje con el equipo que participó en esta demencial experiencia cinematográfica y vital, como fue la filmografía de John Cassavetes. Una oportunidad única, en la que fue registrando el proceso de creación de una obra que, como el jazz, se va armando y reescribiendo hasta separarse por completo del guion original y que compone, alrededor de su esposa y musa, Gena Rowlands, el equilibrio perfecto entre elegancia y crudeza.
Y el alcohol, personaje central en sus películas y el combustible que lo mantiene en un estado de actividad constante a pesar de su enfermedad, empujando a los demás y a sí mismo al límite de sus posibilidades, como el personaje que compone, un hombre desesperado y abatido, sobreviviente del amor, ese núcleo duro que es el centro de su obra y que definió en uno de sus encendidos monólogos frente a este privilegiado interlocutor como “la habilidad de no saber”.
Admirado por Kurosawa, nada menos, Cassavetes fue un autor que construyó una obra única, de espaldas a la industria, hacedor de atmósferas más que de tramas, que entendía que su oficio era “como construir una casa y, al final del día, tirarla abajo para volver a construirla al día siguiente”.