Su imagen todavía se puede ver en el antiguo frontispicio de lo que alguna vez fue la sala 18 de Julio de Cinemateca Uruguaya. Las imágenes de sus películas se encuentran en varias plataformas y han aterrizado en los cines montevideanos con relativa regularidad. Autora de Zama (2017) y La ciénaga (2001), la argentina Lucrecia Martel odia los cables de cobre y no cree en el vacío.

¿Qué le hace reír sin parar?

Julieta Laso.

¿Y llorar?

Julieta Laso.

¿Qué abrazo no se le quita del cuerpo?

Uno que todavía no sucedió y espero demore mucho en suceder.

¿Qué sueño recuerda con más intensidad?

Los sueños en los que descubro que maté a alguien.

¿En qué momento se sintió más viva?

Cuando aprendí a manejar un tractor con pala frontal.

¿Qué cocina para sus amigos?

Lo que haya en la heladera. Comemos seguido.

Un libro que no haya leído impunemente.

Cientos de libros, y en general me arrepiento.

Una música.

Las coplas de Mariana Carrizo.

Una película.

De qué sirve la mirada, un documental de Gabriela Schmid. Delicadamente inolvidable.

Un fuego que no deje de arder.

Me gusta aprender a hacer cosas que no sé.

Alguien o algo que dejar arder en el fuego.

Cables de cobre.

¿Con qué personaje histórico se tomaría un café?

Con los ingenieros de Tiahuanaco.

¿Y con cuál se iría de copas?

Y... aprovecharía que estoy ahí. Me iría con ellos.

¿Qué estatua quitaría para siempre?

Ninguna. Es fundamental que queden todas.

Galeano dijo que la receta perfecta del marxismo mágico es mitad razón, mitad pasión y una tercera mitad de misterio. ¿Qué tres personajes combinaría usted para sus propias ideas?

Un paramédico, una ingeniera y una urraca.

¿Su instante de fútbol preferido?

Uso las ediciones de goles de Messi para conciliar el sueño.

¿Garrincha o Pelé?

Elsa Zoares.

¿Qué pecado prefiere?

La envidia.

¿Qué le diría a Dios?

Nada.

¿En qué le gustaría reencarnar?

En sepia.

¿De qué color es la imagen que le devuelve el espejo?

Qué raro este cuestionario.

¿Cuál es el disfraz más peligroso?

El que no cambia.

¿Qué escribiría en un muro?

En mi casa escribo fecha y horario donde pega alguna luz que me guste.

¿Y en la pared de un baño?

Nada.

¿Qué cosas nunca pueden estar divorciadas?

No creo en el vacío, imagínese.

¿Para qué le sirve, a usted, la utopía?

Para levantarme temprano.

¿A qué le dice No, sobre todas las cosas?

A perder la paciencia.

¿Cuál es la peor palabra del sistema?

Agendar.

¿Qué vena sangra más, de las que siguen abiertas?

El acceso a la tierra. A toda la tierra.

¿Qué pueden hacer los nadies para dejar de serlo?

No existen los nadies.