¿Qué le hace reír sin parar?
Los cuentos de Don Verídico, por Julio César Castro (Juceca).
¿Y llorar?
La guerra. La imbecilidad humana masacrando a su especie y a su planeta.
¿Qué abrazo no se le quita del cuerpo?
El que nos dimos con mi esposa Elena, a mi regreso de un largo viaje.
¿Qué sueño recuerda con más intensidad?
Poco y nada suelo recordar de lo que sueño estando dormido.
¿En qué momento se sintió más vivo?
Tuve varios. Uno de los más intensos fue el Primero de Mayo de 1983.
¿Qué cocina para sus amigos?
Asado y conversación.
Un libro que no haya leído impunemente.
El miedo a la libertad (1941), de Erich Fromm. Demian (1919), de Hermann Hesse. Ambos leídos en mi adolescencia.
Una música.
“Strawberry Fields Forever” (1967), de Lennon, por The Beatles.
Una película.
Pido dos: Solaris (1972, de Andréi Tarkovski) y La Patagonia rebelde (1974, de Osvaldo Bayer, Héctor Olivera y Fernando Ayala).
Un fuego que no deje de arder.
El amor. “Amar hasta reventar, si es posible...” como cantaba José Carbajal.
Alguien o algo que dejar arder en el fuego.
El ansia del poder.
¿Con qué personaje histórico se tomaría un café?
Con Humberto Megget y Líber Falco, en un boliche perdido del interior, como a las seis de la tarde...
¿Y con cuál se iría de copas?
Con Enrique Santos Discépolo.
¿Qué estatua quitaría para siempre?
La cruz del papa.
Galeano dijo que la receta perfecta del marxismo mágico es mitad razón, mitad pasión y una tercera mitad de misterio. ¿Qué tres personajes combinaría usted para sus propias ideas?
José Artigas, Juana de Arco, Gabriel García Márquez.
¿Su instante de fútbol preferido?
El penal de [Sebastián] Abreu picándole la pelota al arquero de Ghana (2010). Un mes de afonía...
¿Garrincha o Pelé?
Maradona.
¿Qué pecado prefiere?
La hermosa lujuria.
¿Qué le diría a Dios?
Estás llegando tarde...
¿En qué le gustaría reencarnar?
En un hornerito...
¿De qué color es la imagen que le devuelve el espejo?
Sepia.
¿Cuál es el disfraz más peligroso?
El uniforme militar.
¿Qué escribiría en un muro?
“Dale una oportunidad a la paz”.
¿Y en la pared de un baño?
“Dale una oportunidad al que sigue...”.
¿Qué cosas nunca pueden estar divorciadas?
Letra y música en una canción.
¿Para qué le sirve, a usted, la utopía?
Para respirar, para abrazar a mis nietos, para creer en la vida.
¿A qué le dice no, sobre todas las cosas?
A los dogmas políticos. A los dogmas religiosos.
¿Cuál es la peor palabra del sistema?
Dinero.
¿Qué vena sangra más, de las que siguen abiertas?
La obscena desigualdad entre los humanos.
¿Qué pueden hacer los nadies para dejar de serlo?
Luchar. Estudiar. Soñar. No rendirse.