Aunque se tomaría un café con José Artigas, elige a Joaquín Lenzina (Ansina) para irse de copas. Héctor Numa Moraes (Curtina, 1950), dueño de una voz inconfundible, quiere pintar en una pared ese aviso a los navegantes que talló en el pentagrama de la canción popular: “La patria, compañero, la vamos a encontrar”.

¿Qué le hace reír sin parar?

Luis Landriscina.

¿Y llorar?

“El niño yuntero”, de Miguel Hernández con música de Joan Manuel Serrat, interpretado por Serrat.

¿Qué abrazo no se le quita del cuerpo?

El que le di a mi madre cuando la recibí, durante el exilio, en Schipol [el aeropuerto de Ámsterdam].

¿Qué sueño recuerda con más intensidad?

Uno recurrente de tiempos del exilio, donde aparecía Washington Benavides.

¿En qué momento se sintió más vivo?

Cuando le di la mano a Fidel Castro.

¿Qué cocina para sus amigos?

Asado.

Un libro que no haya leído impunemente.

La biografía de Osiris Rodríguez Castillos, realizada por Guillermo Pellegrino y Jorge Basilago. Alguien me dijo que me iba a entristecer, y aún no lo he leído.

Una música.

“Los conciertos de Brandeburgo” (1721), de Johann Sebastian Bach.

Una película.

El gran dictador (1940), de Charles Chaplin.

Un fuego que no deje de arder.

Tacuarembó. La música.

Alguien o algo que dejar arder en el fuego.

Hitler.

¿Con qué personaje histórico se tomaría un café?

Con José Artigas.

¿Y con cuál se iría de copas?

Con Joaquín Lenzina.

¿Qué estatua quitaría para siempre?

La de Fructuoso Rivera. Aunque también alguna otra...

Galeano dijo que la receta perfecta del marxismo mágico es mitad razón, mitad pasión y una tercera mitad de misterio. ¿Qué tres personajes combinaría usted para sus propias ideas?

Washington Benavides, Daniel Viglietti, Circe Maia.

¿Su instante de fútbol preferido?

El fútbol del interior uruguayo.

¿Garrincha o Pelé?

Garrincha.

¿Qué pecado prefiere?

¡Paaaaaah, ni sé!

¿Qué le diría a Dios?

“Che, loco, dejá de hacer armas y vamos a guitarrear un poco!”.

¿En qué le gustaría reencarnar?

En felino.

¿De qué color es la imagen que le devuelve el espejo?

Mmmh. ¿Azulado? Según la luz que haya.

¿Cuál es el disfraz más peligroso?

El de cordero.

¿Qué escribiría en un muro?

“¡La patria, compañero, la vamos a encontrar!”.

¿Y en la pared de un baño?

Paz.

¿Qué cosas nunca pueden estar divorciadas?

Amor y sinceridad.

¿Para qué le sirve a usted la utopía?

Para seguir.

¿A qué le dice no, sobre todas las cosas?

A la envidia y la mentira.

¿Cuál es la peor palabra del sistema?

Imperio.

¿Qué vena sangra más, de las que siguen abiertas?

África.

¿Qué pueden hacer los nadies para dejar de serlo?

Educarse.