Ambas acciones al mismo tiempo. Cómo el primer ministro de Israel ha estado acelerando en su búsqueda de terminar con los movimientos islamistas que actúan como proxis de Teherán. Cómo, a la vez, ha frenado en la profundidad de su ataque a Irán y cómo las elecciones de Estados Unidos influyeron en esta dualidad. Del otro lado, los palestinos viven el dilema de la supervivencia de su liderazgo político, con un Fatah desprestigiado y un Hamas todavía clave para la gobernabilidad. Y más allá de la coyuntura, la disputa permanente por las interpretaciones del patrimonio... hasta en las cocinas.