¿Qué le hace reír sin parar?
Las infidencias detalladas de mis amigos.
¿Y llorar?
La injusticia.
¿Qué abrazo no se le quita del cuerpo?
El de mi madre, el de mi abuela, el de mi hermana, el de mi sobrina.
¿Qué sueño recuerda con más intensidad?
Esos donde vuelo, conduzco a todo velocidad, aterrizo en la nave nodriza. Sueño que soy de los rebeldes de la serie V, la batalla final [1984].
¿En qué momento se sintió más vivo?
Cuando amo estoy absolutamente vivo.
¿Qué cocina para sus amigos?
Desayunos (pico fruta, hago el café, preparo huevos, sirvo quesos, mermeladas).
Un libro que no haya leído impunemente.
El olvido que seremos [de Héctor Abad Faciolince, 2006].
Una música.
Vivaldi entero y los Aterciopelados.
Una película.
Las horas [de Stephen Daldry, 2002].
Un fuego que no deje de arder.
Los amores sin esperanza.
Alguien o algo que dejar arder en el fuego.
La traición.
¿Con qué personaje histórico se tomaría un café?
Con Harvey Milk.
¿Y con cuál se iría de copas?
En barco, con Rimbaud.
¿Qué estatua quitaría para siempre?
Todas. ¡Las estatuas están hechas para tumbarlas!
Galeano dijo que la receta perfecta del marxismo mágico es mitad razón, mitad pasión y una tercera mitad de misterio. ¿Qué tres personajes combinaría usted para sus propias ideas?
San Agustín, [Salvador] Dalí y Virginia Woolf.
¿Su instante de fútbol preferido?
Cuando se acaba el mundial y los campeonatos. Detesto el fútbol.
¿Garrincha o Pelé?
Shakira.
¿Qué pecado prefiere?
Lujuria.
¿Qué le diría a Dios?
Gracias.
¿En qué le gustaría reencarnar?
En un gato.
¿De qué color es la imagen que le devuelve el espejo?
Verde.
¿Cuál es el disfraz más peligroso?
El de artista.
¿Qué escribiría en un muro?
“Arriba los de abajo”.
¿Y en la pared de un baño?
“Se hacen cartas de amor” (y un teléfono).
¿Qué cosas nunca pueden estar divorciadas?
La razón y el corazón.
¿Para qué le sirve a usted la utopía?
Para levantarme de la cama.
¿A qué le dice no, sobre todas las cosas?
A odiar.
¿Cuál es la peor palabra del sistema?
Progreso.
¿Qué vena sangra más, de las que siguen abiertas?
La desigualdad.
¿Qué pueden hacer los nadies para dejar de serlo?
Gritar hasta despertar a los dormidos.