Lo principal: Global Justice and Avant-Garde Political Agency (ensayo 2011), Kant y el colonialismo (ensayo 2014), La migración en la teoría política (ensayo, 2016), La arquitectura de la razón (ensayo, 2021), Libre (narrativa, 2021).
Tajante, dice que los países pequeños de Europa viven “en la periferia de la conciencia cultural dominante”. Tiene 44 años, nació en Tirana, la capital de la Albania socialista de Enver Hoxha, es políglota, doctorada en Filosofía, y profesora de Teoría Política en la London School of Economics. Lea Ypi (en albanés se pronuncia epi) elabora sus ideas siempre a contracorriente. Critica al marxismo desde el liberalismo y al liberalismo desde el marxismo, subraya las catastróficas desigualdades de las sociedades contemporáneas y advierte sobre la ceguera de los grandes poderes. Otra vez tajante, se define como una marxista kantiana y anticapitalista: “A menudo se presenta una falsa dicotomía que opone las libertades personales a los derechos sociales. Una agenda verdaderamente democrática debe armonizar estos elementos en lugar de enfrentarlos”.
Como ensayista ha publicado varios libros sobre Kant y la libertad, el papel de los partidos políticos en la democracia, la justicia y las vanguardias. Es una pensadora sorprendente, pero además es una narradora talentosa, llena de garbo y potencia. Su obra Libre. El desafío de crecer en el fin de la historia puede leerse como una novela, como las memorias de una niña-adolescente, o como las reflexiones maduras e irónicas de una filósofa que creció justo cuando su mundo colapsaba. El libro descoloca y atrapa.
Libre cuenta la historia de la Albania moderna (suena a oxímoron) a través de una niña (la propia Lea) que crece, vive con desesperación la muerte de “el tío Enver” Hoxha, trata de entender el colapso del régimen y luego la catástrofe social y económica albanesa que, además, puso al país al borde de la guerra civil y a ella en Italia.
El punto de vista elegido por Ypi para contar su historia le permite narrar con frescura y honestidad el carácter infantil y delirante tan patente en la sociedad albanesa de aquella época. Desde el primer párrafo (a propósito de la estatura de Stalin) se hace notoria esa extraña mezcla de puerilidad y fanatismo:
“Nunca me pregunté lo que significaba la libertad hasta el día en que abracé a Stalin. De cerca era mucho más alto de lo que yo esperaba. La profesora Nora nos había dicho que a los imperialistas y a los revisionistas les gustaba destacar que Stalin era un hombre bajito. Según ella, no era tan bajo como Luis XIV, cuya estatura, por extraño que parezca, jamás se mencionaba”. Cabe aclarar que el Stalin que abraza Lea es una enorme estatua de bronce a la que, para más datos, ya le falta la cabeza.
Pertinentes y aplicables son también muchas de sus opiniones sobre la militancia en nuestra época. De su libro Global Justice: “Un teórico políticamente activista no es, en mi opinión, muy diferente de un artista políticamente comprometido. Ambos buscan interpretar el mundo a su alrededor y tratan de cambiarlo; ambos se basan tanto en hechos observados como en una aportación creativa independiente para ofrecer una lectura crítica de los acontecimientos históricos; y ambos están limitados por normas particulares (en un caso de armonía y estilo, en el otro de razonamiento argumentativo) en el desarrollo de su capacidad crítica del mundo” [trad. de FB].
Torrencial, ilustrada, abierta y heterodoxa. Así es esta intelectual del siglo XXI. A diferencia de muchos pensadores radicales contemporáneos más viejos (o envejecidos), ella además de izquierdista tiene un pensamiento ameno y desprejuiciado. Hay que leerla para aprender y entender de qué va la cosa. Con Lea Ypi se adivina una lucecita en esta noche europea tan oscura.