Gallega más allá de la cocina con la que agasaja a sus amigos, uruguaya más acá de la seriedad que proyecta y reconoce. Cristina Fernández (Montevideo, 1946) es la voz mayor de nuestra música. El compromiso con el arte y con su tiempo ha marcado su trayectoria, tanto en el dúo que integra con su compañero de vida y de escenarios, Washington Carrasco, como en su destacada carrera solista.

¿Qué le hace reír sin parar?

No soy de reírme mucho.

¿Y llorar?

La pérdida de mis seres queridos. 

¿Qué abrazo no se le quita del cuerpo?

Muchos... El de mi padre, por sobre todos.

¿Qué sueño recuerda con más intensidad?

Sueño mucho, recuerdo pocos.

¿En qué momento se sintió más viva?

Seguro que en el escenario, compartiendo con colegas queridos.

¿Qué cocina para sus amigos?

Cocina gallega. Empanada, tortilla, etcétera. 

Un libro que no haya leído impunemente.

Muchos... Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago. 

Una música.

La cantata “Carmina Burana”, de Carl Orff.

Una película.

Difícil elegir una... Gritos y susurros, de Ingmar Bergman.

Un fuego que no deje de arder.

La libertad.

Alguien o algo que dejar arder en el fuego.

La miseria humana. 

¿Con qué personaje histórico se tomaría un café?

Con Idea Vilariño.

¿Y con cuál se iría de copas?

También con ella.

¿Qué estatua quitaría para siempre?

La mayoría. No me gustan.

Galeano dijo que la receta perfecta del marxismo mágico es mitad razón, mitad pasión y una tercera mitad de misterio. ¿Qué tres personajes combinaría usted para sus propias ideas?

José Gervasio Artigas, Ernesto Che Guevara, Simón Bolívar.

¿Su instante de fútbol preferido?

Cuando gana la selección uruguaya.

¿Pelé o Garrincha?

Garrincha. 

¿Qué pecado prefiere?

Prefiero las virtudes. 

¿Qué le diría a Dios?

¿Dónde estás? 

¿En qué le gustaría reencarnar?

En mí, pretendiendo ser mejor cada día.

¿De qué color es la imagen que le devuelve el espejo?

Recordando a Idea, digo: esa soy yo y me sonrío dándome ánimos.

¿Cuál es el disfraz más peligroso?

La envidia. 

¿Qué escribiría en un muro?

Una poesía de Delmira Agustini.

¿Y en la pared de un baño?

Nada.

¿Qué cosas nunca pueden estar divorciadas?

El amor y la lealtad.

¿Para qué le sirve, a usted, la utopía?

Para soñar.

¿A qué le dice No, sobre todas las cosas?

A la injusticia.

¿Cuál es la peor palabra del sistema?

Guerra.

¿Qué vena sangra más, de las que siguen abiertas?

La de los desamparados.

¿Qué pueden hacer los nadies para dejar de serlo?

Seguir en la lucha.