Para ser un país obsesionado con su primera enmienda constitucional, que se refiere a las libertades incluyendo la de expresión, Estados Unidos es un país acostumbrado a difundir listas de textos prohibidos, en especial dentro de los ámbitos de la enseñanza (ver recuadro).
En esta oportunidad la eliminación de un título por parte de los administradores de un distrito escolar en Tennessee dio la vuelta al mundo, porque le tocó a la novela gráfica Maus, de Art Spiegelman. Esta obra retrata los horrores del holocausto, ganadora del Pulitzer y una de las responsables de consolidar en el gran público la idea de la historieta como un género para contar historias maduras. Fue retirada del plan de estudio de octavo grado (entre 13 y 14 años) por el uso de malas palabras y la representación de desnudos femeninos, y la noticia se viralizó el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto.
Maus: Historia de un sobreviviente fue publicada en 1991 y narra, en lenguaje de historieta, cómo los padres del autor sobrevivieron al campo de concentración de Auschwitz. Y lo hace con ilustraciones donde los judíos son representados como ratones, los nazis como gatos y los estadounidenses como perros, entre otros. En la trascripción de la reunión en la que se determinó la censura se la califica de “vulgar e inapropiada”.
“No necesitamos habilitar o promover este material”, dijo uno de los miembros de la Junta, quien se quejó de que la obra “muestra gente ahorcando, los muestra matando niños. ¿Por qué el sistema educativo promueve este tipo de cosas? No es sabio ni saludable”. Y acusaron al autor de querer adoctrinar a los menores: “Pone estas cosas disimuladas para que los padres no las capten, pero los niños las absorben”.
Spiegelman fue entrevistado por CNN y relató su reacción ante los acontecimientos. “Pasé del desconcierto total a tratar de ser tolerante con personas que quizás, posiblemente, no sean nazis”, dijo el artista de 73 años. “Habiendo leído la transcripción de la reunión, el problema es más grande y más estúpido que eso. No puedo creer que la expresión '¡maldita sea!' hiciera que el libro fuera desechado de la escuela por sí solo, pero ahí es donde parece estar el enfoque genuino. No hubo indicios de 'Bueno, el autor podría ser judío y no queremos libros judíos en nuestras escuelas'. No es exactamente eso, así que estoy tratando de entenderlo”.
“Creo que tienen un enfoque tan miope, y tienen tanto miedo de lo que implica defender la decisión de enseñar Maus como parte del plan de estudios, que eso llevó a esta respuesta tontamente miope. Si fuera solo la tontería sería sencillo, el problema es que tiene un aire de autocracia y fascismo, y tiene el problema real de pedirle a los padres que decidan qué está bien enseñarles a sus hijos”, dijo el artista, y recordó que el desnudo femenino es la escena en la que encuentran a su madre en la bañera después de que se cortara las muñecas.
La decisión (unánime) de la Junta Escolar del Condado de McMinn llega en medio de un debate nacional por la enseñanza de lo que se ha denominado teoría crítica de la raza, especialmente enfocada en los errores históricos en materia de racismo y discriminación para evitar que sigan ocurriendo en el presente. Esto ha motivado un rechazo feroz por parte de ciertos sectores conservadores, asociados al Partido Republicano, y en McMinn Donald Trump cosechó 80% de los votos en las elecciones de 2020, recuerda ABC.
Sin ir más lejos, el senador estatal de Indiana por los republicanos, Scott Baldwin, dijo hace pocas semanas que las lecciones escolares sobre el nazismo o el fascismo deberían ser “imparciales” y que los profesores no deberían tomar posturas críticas al hablar del tema. Citado por Associated Press, declaró: “Hemos ido demasiado lejos, hay que ser imparciales”.
Lista negra
La American Library Association (asociación de bibliotecas estadounidenses) elabora cada año un informe sobre los esfuerzos de grupos políticos y de presión por prohibir libros en bibliotecas y centros educativos de todo el país. Y según su directora, Deborah Caldwell-Stone, en 2021 se encendieron todas las alarmas.
“Lo que estamos observando ahora es un volumen sin precedentes de informes de censura, que parecen estar relacionados con una campaña organizada para eliminar ciertos libros”, dijo Caldwell-Stone, según consigna El Debate. “Antes se recibían uno o dos informes por semana y ahora estamos recibiendo varios al día”.
Se han prohibido libros sobre la comunidad afroestadounidense y otros que tienen protagonistas homosexuales, como la novela gráfica autobiográfica Fun Home: Una tragicomedia familiar, de Alison Bechdel. Detrás de esta movida se encuentran organizaciones conservadoras como Heritage Action, Heritage Foundation y Family Policy Alliance. “Que estas organizaciones inciten a los padres a desafiar la educación que reciben en la escuela supone un desafío a nuestros valores democráticos de libertad de expresión, libertad de pensamiento y libertad de creencias”, agregó la directora de la asociación.