La escritora argentina Samanta Schweblin ganó el prestigioso premio National Book Award, que entrega anualmente la National Book Foundation de Estados Unidos y que se conoce como “el Oscar de la literatura”. Su triunfo se dio en la categoría de literatura traducida y se convirtió en la primera argentina en ganarlo después de que Julio Cortázar lo obtuviera por Rayuela en 1967, cuando el premio se entregó por primera vez.

Radicada en Berlín desde 2021, Schweblin ganó con su libro Siete casas vacías, editado por la española Páginas de Espuma en 2015 y traducido al inglés por Megan McDowell para Penguin Random House, bajo el sello Riverhead Books. “Soy escritora de cuentos breves, así que también voy a ser breve en lo que diga”, bromeó al recibir el premio en el Cipriani Wall Street de Nueva York.

“Soy una persona privilegiada por tener un montón de personas que en todos estos años han sido de gran sostén: así que les quiero agradecer a ellos, a mi pareja, a mi familia, a algunas maestras muy especiales que tuve en mi vida, a muchos amigos muy especiales, a Megan, mi traductora; a mis editores, a Páginas de Espuma que fue la primera en publicar este libro en español; a mis actuales editores, a la National Book Foundation”, agregó la ganadora de una categoría en la que también era finalista la ecuatoriana Mónica Ojeda por la traducción de su obra Mandíbula.

Como corresponde, la traductora Megan McDowell también habló: “Los escritores son personas que luchan con las palabras; lo mismo que los traductores. Siempre digo que cualquier acto de comunicación es una traducción. Y he aprendido mucho de los actos de comunicación de los escritores y de las traducciones. Le agradezco a Samanta por su trabajo y por confiar en mí para la traducción. Y gracias también a los lectores por su continua curiosidad”.

Schweblin habló con Página/12 luego de la ceremonia y dijo que “el National Book Award funciona como una revancha. Al género cuento no se lo valora tanto como a la novela, entonces cuando empezaron las traducciones al inglés lo primero que se tradujeron fueron las novelas, Distancia de rescate (2014) y Kentukis (2018). Y Siete casas vacías quedó para lo último cuando en realidad es un libro que viene antes de las novelas”.

“Empecé a escribirlo sabiendo que me iba a vivir a Berlín, o sea que los primeros cuentos los escribí hace más de diez años. El recorrido para un libro de cuentos es mucho más lento y tardó más en ser traducido; por eso digo que es una revancha, porque a pesar de ser un libro de cuentos, a pesar de ser un libro relegado, termina siendo el libro de cuentos el más premiado de todos. Es algo para celebrar por todas las puertas que abre este premio”.

Anticipó que está escribiendo un nuevo libro de cuentos. “Todo esto que pasa me encanta, lo disfruto, lo celebro, pero lo que más me gusta en el mundo es tener un libro entre manos y saberme en medio de la escritura. Estar en el medio del proceso de escritura me hace muy feliz. Lo raro es que para escribir los cuentos tengo que estar un poco aislada, pero es cuando más me siento conectada con todo. Es extraña la sensación… Estoy muy contenta ahora mismo porque me toca celebrar este premio y a la vez estoy muy conectada con el libro que sigue.”

Sobre el libro

El mismo año que fue publicado, la cuentista conversó con el citado periódico argentino acerca de la obra que siete años más tarde ganaría el National Book Award, y dijo qué tienen en común sus libros, incluyendo Siete casas vacías. “Todos siguen una línea en particular: lo insólito, lo extraño, lo anormal, la amenaza, la tensión, siguen estando todo el tiempo. No puedo salir de ese mundo porque es el mundo que me gusta y que me interesa. Ahora es notable cómo he ido haciendo un camino de la abstracción, de lo absolutamente fantástico, hacia lo realista.”

“Este libro es absolutamente realista y, de hecho, sucede todo en la ciudad. Ahí hay algo nuevo, un libro de la ciudad de Buenos Aires, aunque no es un libro porteño, pero aparece por fin la ciudad, la vida real, las situaciones de pareja, de maternidad. No sé si tendrá que ver con una cuestión de madurez. Me parece que cada vez me doy cuenta de qué tanto más potentes son las historias cuando eso extraño que tanto me fascina se narra desde el realismo más absoluto, desde un punto de vista muy cercano a la vida cotidiana.”

Palmarés

Schweblin nació en Buenos Aires, en 1978, y publicó el libro de cuentos El núcleo del disturbio en 2002, después de haber ganado el primer premio del Fondo Nacional de las Artes el año anterior. En 2009 llegaría Pájaros en la boca, que obtuvo el premio Casa de las Américas en Cuba. Con la novela corta Distancia de rescate ganó el premio Shirley Jackson y con Kentukis fue finalista del Premio Booker Internacional y el LiBeraturpreis. Este año recibió el Premio O. Henry de ficción corta por el cuento "Un hombre sin suerte" y el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso que entrega la Universidad de Talca, en Chile.

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