En los últimos días comenzó a circular en Facebook una carta que busca la adhesión de escritores y escritoras antes de ser presentada a la directora Nacional de Cultura, Mariana Wainstein, y a la directora de Cultura de la Intendencia de Montevideo (IM), María Inés Obaldía. Titulada Carta a favor del cuento, se refiere a la desventaja que enfrentan los libros de cuentos frente a las novelas al concursar tanto en los Premios Nacionales de Literatura como en el Premio Onetti, convocado por la IM.
“Hace medio siglo o más que los principales certámenes literarios son ‘convocatorias de narrativa’, es decir, se admiten dos géneros, cuento y novela, que deben competir entre sí. Esta pelea desigual casi siempre arroja el mismo resultado”, señala la carta. “Mientras un solo texto fallido puede hundir un libro de cuentos, una novela que tenga un capítulo (o dos) ‘flojo’ gana perfectamente, porque no se le exige intensidad sino clima. El resultado es que los premios van mayoritariamente para las novelas”.
Esto, indican tiene una consecuencia palpable. “Los libros de cuentos no ganan, no se publican, los editores y libreros dicen que el género ‘no vende’ y el público lector se habitúa a la ausencia de libros de cuentistas uruguayos en las librerías. El círculo se cierra perfectamente y se convierte en una profecía autocumplida. Creemos que es posible quebrar esa inercia”.
El pedido es sencillo: “Los abajo firmantes proponemos que se establezca en los concursos un premio para la categoría libro de cuentos y que se edite la obra ganadora que obtenga el primer lugar”.
El escritor y periodista Pablo Silva Olazábal, uno de los primeros en publicar el texto en su muro de Facebook, conversó con la diaria y recordó el origen de esta iniciativa. “Fue en una entrevista que me hizo Alejandro Michelena por un libro de cuentos cortos que acabo de sacar. Ahí empezamos a hablar de que a los editores no les interesa publicar libros de cuentos porque no venden”, dijo. “En esa inercia no nos damos cuenta de que podemos influir. El gusto del público se construye colectivamente y se construye con acciones y con omisiones. Ahí salió la idea”.
La movida surge en medio de diversas reestructuras de los dos grandes concursos mencionados. Los Premios a las Letras del Ministerio de Educación y Cultura corrigieron un desajuste que se arrastraba desde 2005 y en su última edición entregaron los premios a obras inéditas y éditas de 2019 y 2020, para ponerse al día. Los últimos ganadores se dieron a conocer el pasado mes de diciembre y en un video alusivo a la corrección, el coordinador del Instituto Nacional de Letras, Nicolás Der Agopián, decía: “Esta actualización lo que hace es posibilitar que los autores reflejen en ventas este premio y además su participación en distintas ferias internacionales o encuentros literarios”.
Con respecto al Premio Onetti, cuyos ganadores se conocieron en noviembre se elevó el monto de los premios. “Desde el punto de vista simbólico es una señal que damos desde la Dirección de Cultura de la importancia que tiene el premio para nosotros, y sobre todo de una mirada que creemos que tiene que ser para el año próximo. Una mirada de trabajo y jerarquización”, dijo Obaldía en su momento. También se prometió una mayor difusión.
Silva Olazábal sabe que no será sencillo un cambio como el que proponen, pero cree que es buen momento para plantearlo. “Los dos concursos están en etapas o fases de reelaboración. En el caso de los Premios Nacionales de Literatura, dependen de una ley, y una ley es una cosa muy engorrosa”, aunque podría realizarse una convocatoria paralela. “Esto es algo específico, muy chico, pero es romper con una costumbre que ya lleva 60 años. Porque en la carta no aparece, pero el tercer concurso importante en Uruguay es el concurso Narradores de la Banda Oriental (Premio Nacional de Narrativa), y repite la misma estructura de novela versus cuentos”.
“Lo que planteamos en la carta es que no solamente haya un concurso de libros de cuentos, sino que se publique el ganador. Es una forma chica, muy breve, pero aprovechando un esfuerzo estatal, para incidir en el mercado y los gustos”. También propuso construir junto con la enseñanza. “En un país que no es muy grande y tiene tantos escritores, podría soñarse con que los escritores fueran a los centros de enseñanza de todos de los departamentos. No sería una cosa para nada descaminada, sin embargo, no se hace”.
Aquellos escritores y escritoras que deseen sumar su rúbrica a una lista de decenas, que incluye a Mercedes Rosende, Mario Delgado Aparaín, Ivonne Trías, Natalia Mardero y Ariel Wolf, pueden pasar por el posteo original de Facebook o mandar un correo electrónico a [email protected].