Para un escritor hay múltiples formas de regresar a una ciudad amada, sea o no la ciudad natal, cuando por determinadas circunstancias la vuelta no puede concretarse de forma física, vivencial. Tomos enteros se han escrito a partir de la memoria personal, de la suma de vivencias evocadas, de la reconstrucción en palabras de sabores, olores y colores, de la composición que en el recuerdo ha fijado un paisaje, un atardecer, una fachada o, en el plano más íntimo aún, un familiar, un amigo o un antiguo amor.
La vuelta de Cristina Peri Rossi a su ciudad natal se ha concretado en un cuidado volumen que, por su composición híbrida y profundamente personal se constituye, al mismo tiempo, en un tomo de memorias, en una selección de páginas temáticas (que incluyen cartas, innúmeras fotografías y hasta un personalísimo horóscopo gráfico diseñado por la autora, inédito hasta ahora), en un peculiar (por lo que exhibe y deja fuera) trabajo autobiográfico y en una suerte de greatest hits de toda su obra.
Las 336 páginas de Cita en Montevideo, el flamante libro de Cristina Peri Rossi, con selección de textos de Lil Castagnet y Néstor Sanguinetti, que acaba de publicar la editorial Estuario con el apoyo de la Dirección de Cultura de la Intendencia de Montevideo en el marco del tricentésimo aniversario de la ciudad, se leen de igual manera que uno repasa un álbum de fotografías (formato en vías de extinción desde que la omnipresencia tecnológica permite registrar y almacenar imágenes salteándose la materialidad del objeto), deteniéndose en determinado retrato, grupo familiar o paisaje para asociarlo con otro que se encontró páginas atrás, interconectando la información al pie con algo expresado por la autora al inicio o a la mitad del volumen, etcétera.
El tono autobiográfico establece una cercanía en expansión a medida que se avanza en el libro, fijado ya desde el arranque en un pasaje de “Piezas para una autobiografía”, perteneciente al volumen La nave de los deseos y las palabras, publicado por la editorial Universidad de Alcalá en 2022: “Estudié música y biología, pero me gradué en Literatura Comparada: la fantasía me pareció un territorio más fascinante que el de las leyes físicas. Fui romántica antes de saber qué era el Romanticismo; amaba las ruinas, los días lluviosos, las pasiones morbosas, la intensidad”.
Lo que sigue es una cuidadísima mixtura entre el relato íntimo, vivencial, de una existencia pautada por la juventud montevideana, los vaivenes del exilio, la vida en España, los amores, los libros publicados, el reconocimiento y las pérdidas. En el texto “Detente, instante, eres tan bello”, proveniente del libro Erotismo, transgresión y exilio: las voces de Cristina Peri Rossi (2017), publicado por la editorial Universidad de Sevilla, la autora realiza un puntilloso retrato de su condición de lectora y escritora en ciernes –las librerías que frecuentaba en aquella Montevideo, su máquina de escribir, su pasión por la fotografía, etcétera–, no exento de cierta grandilocuencia (una pátina que sale a la luz dos por tres), como cuando señala: “Ángel Rama escribió una vez que mi obra no podía inscribirse dentro de ninguna tradición específica, que yo misma era una generación, y no se equivocaba”.
Un elemento a destacar sobre todo el conjunto, y que conforma el elemento secreto que le da cohesión a la urdimbre de Cita en Montevideo, no es sólo la cuidada selección de textos (y materiales anexos) sino su disposición, estableciendo una corriente armónica que nunca desentona. Así, por ejemplo, la inclusión del texto “Primer amor”, que abre el libro La insumisa (Hum, 2020), en el que la autora describe el profundo enamoramiento hacia su madre cuando niña –“La primera vez que me declaré a mi madre tenía tres años (según los biólogos, los primeros años de nuestra vida son los más inteligentes. El resto es cultura, información, adiestramiento). Yo tenía propósitos serios: pretendía casarme con ella”–, dialoga con la remembranza de una ciudad que ya no existe en el poema “Montevideo”, del libro Estado de exilio (Visor, 2003) –“La ciudad aparece en mis sueños/ accesible y lejana al mismo tiempo/ la ciudad de los poetas franceses/ y los tenderos polacos/ los ebanistas gallegos/ y los carniceros italianos”–, o con el breve diálogo con Juan Carlos Onetti extraído de Indicios pánicos (Nuestra América, 1970).
Como se apuntó, las fotografías conforman otro pilar de este libro híbrido, exhibiendo ante el observador a una Cristina Peri Rossi en diversas facetas y poses, desde la conocida imagen de plano medio (captada por Lil Castagnet) en la que la autora mira hacia la izquierda del cuadro en la terraza de su casa con el Tibidabo de fondo, a la niña que también mira, reflexiva, hacia la izquierda luciendo un vestido a cuadros en 1948, pasando por las fotos con su madre y su hermana y junto a otros escritores (el recientemente fallecido Antonio Skármeta, José Manuel Caballero Bonald, Horacio Vázquez-Rial, Ana María Moix, Carlos Barral, el inevitable Julio Cortázar). El libro incluye también una exhaustiva bibliografía sobre la autora, preparada por Néstor Sanguinetti.
De cuidada factura editorial (composición externa e interna, papel, diseño, utilización del blanco y negro), que lo convierte, más allá de sus intrínsecas virtudes literarias, en un preciado libro objeto, Cita en Montevideo funciona por igual para lectores completistas de Peri Rossi como para neófitos o, incluso, para el lego liso y llano.
Cita en Montevideo, de Cristina Peri Rossi. Selección de textos: Lil Castagnet y Néstor Sanguinetti. 336 páginas. Estuario, 2024.