Pedro Saborido estuvo hace algunas semanas en Montevideo, donde dio una charla de creatividad y coso (él usa mucho la expresión y coso). Por esas casualidades me tocó presentarlo y cuando estaba armando el puñado de parrafitos decidí que iba a recomendar sus libros. Porque todo el mundo conoce Peter Capusotto y sus videos, pero no son tantos los que han leído sus libros.

Llegué a su obra impresa gracias a Una historia del peronismo (2018), porque a los uruguayos nos resulta apasionante tratar de entender a esa corriente política dentro de la cual han flameado banderas tan diferentes. Y de cierta manera sentí que gracias a sus cuentos (empezando por el primero, que tiene una máquina de procesar uruguayos para que se hagan peronistas) lo había entendido. Tanto como un uruguayo puede entenderlo.

“Lo que siente un peronista tiene visos de cultura y de fe. El peronismo, como el comunismo, adopta íconos e imágenes para resistir dentro del capitalismo. Y no necesita hacer propaganda, porque vivís en la propaganda. Entonces, aparece el peronismo interviniendo dentro del capitalismo y buscando ese lugar, esa tercera posición que es una discusión. Por eso el peronismo es burgués, por eso no huye del deseo y del goce. Y eso es lo más difícil de entender. Es un acuerdo de clases. Todos tenemos que estar bien”, me dijo en una charla allá por 2019, hace mil vidas.

Más allá de consideraciones políticas, con ese libro me cagué de risa. Y si utilizo esa expresión es porque Saborido, como buen representante del país vecino, es un hábil puteador. El humor y el insulto, y el insulto con humor, y coso, siguió apareciendo en libros como Una historia del conurbano (2020) y Una historia de la vida en el capitalismo (2022), todos editados por Planeta.

En este 2024 se reeditó su primera colección de textos, publicada originalmente en 2017, titulada Una historia del fútbol, aunque el nombre completo sería Una historia del fútbol en 43 cuentos, 18 testimonios, 99 personajes inciertos, 12 circunstancias discutibles, 5 episodios inverosímiles jamás contados, 4 heridos, 2 de muzzarella, 3 de fainá, 6 cortados mitad y mitad, 1 almendrado y coso. Con un Saborido cada vez más presente, que hasta formará parte de una nueva tanda de la diaria Cursos (nadie me obligó a que incluyera esta información), la excusa era buena para zambullirse en sus cuentos de fútbol.

Lo primero que queda claro, al avanzar un par de decenas de páginas, es que el fútbol da para todo. Alcanza con tomar un elemento del amplísimo folclore que rodea al deporte más lindo del mundo (dicen los que saben, y los que no saben también) e inyectarle 100 centímetros cúbicos de hipérbole, o agregarle un componente externo en apariencia ridículo, para que el resultado sean disparos literarios cortos que promueven la carcajada. Y coso, en ocasiones.

Dividido en capítulos innecesarios, el libro gira alrededor de los protagonistas de la acción. En la mayoría de los casos se habla de los futbolistas, pero hay espacio para directores técnicos, algún dirigente, periodistas deportivos y, por supuesto, los hinchas. Que, como queda claro con echar un vistazo a la actitud que tienen durante los partidos, están convencidos de ser los responsables del resultado final.

Algunas combinaciones de realidad y fantasía son más obvias, pero no por ello menos efectivas. Como en “El locutor de tanda más rápido del mundo”, sobre una persona que leyó en voz alta todo Crimen y castigo durante un cambio de jugadores. O el empleado de seguridad que era tan bueno palpando que aconsejaba a los espectadores después de haber leído sus mensajes de Whatsapp sin tener que sacarles los celulares de los bolsillos. Hay concentraciones eternas, drogas cada vez más efectivas y carteles publicitarios cada vez más extensos.

De a poco empiezan a aparecer otras situaciones y otros personajes, que vuelan en otras direcciones. Como el “eficaz defensor de El Porvenir que marcaba a través de la palabra”, distrayendo al 9 con frases como “Por ahí hacés el gol, pero será un efímero festejo, nimio frente al absurdo de la muerte, esa antesala de la nada eterna”.

Saborido tiene cuentos filosóficos, como aquel que comienza con el grito de “¡No existís!” y hace que toda una hinchada cuestione si realmente están ahí. Y también tiene cuentos ordinarios, como la conferencia de prensa de un director técnico bielsista al que le preguntan por qué tomó la decisión polémica de no sacar a un jugador y él responde: “Polémica es la chota que en la bañadera se hincha y flota”.

Hay un montón de ejemplos de apodos increíbles, desde el Gordo Satanás pasando por el Payaso Evangelista o el Doctor Delincuencia, hasta llegar a un cuento solamente sobre apodos, como el de Marcelo Sosteneme la morsa Acevedo o el de Claudio Soy incapaz de hacer gozar a una mujer Urriolagoitía, aunque estos dos partían de la perversa imaginación del presidente del club.

En todos los casos, lo que queda claro es que el autor sabe de fútbol, le gusta el fútbol, y además es tan hábil que es capaz de dejar al lector riendo en una sola baldosa.

Una historia del fútbol, de Pedro Saborido. Planeta, 2024. 240 páginas.

Curso “Ideas, guiones y producción: procesos creativos en Peter Capusotto y sus videos”. Comienza el martes 9 de abril a cargo de Pedro Saborido (Duración: 4 semanas, 1:30 hs, modalidad online).