A dos años y seis meses de la demolición del icónico hotel San Rafael, el magnate Giuseppe Cipriani no dio orden para comenzar la obra, que iba a emplear a unas 1.000 personas y cuya inversión iba a rondar los 450 millones de dólares.

Según reiteró el intendente de Maldonado, Enrique Antía, en varias oportunidades, el empresario no avanzó con el proyecto debido a dificultades en la órbita del gobierno nacional para acceder a la concesión de la explotación de juegos de casino en línea.

“Algo va a tener que hacer con esa tierra”, dijo Antía, en entrevista con Frecuencia abierta de Aspen FM, en octubre. “No va a dejar todo así nomás”, había asegurado meses antes, confiando en el hecho de que el empresario llevaba 35 millones de dólares invertidos.

La demora en la concreción de la obra trajo la preocupación, por un lado, del intendente, quien contó que el italiano no respondía a las consultas de la Intendencia y que desde hacía cuatro meses no se comunicaba; y, por otro, del gobierno nacional, que a finales de octubre le exigió un depósito de garantía como “señal de interés para el comienzo de obras”.

Citado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), este martes 21 de diciembre Cipriani debía presentarse para suscribir el contrato de concesión de la explotación del casino físico, que había ganado a través de una licitación pública y que había postergado en medio del litigio por la licencia para explotar el juego en línea. Sin embargo, no asistió debido a que se encuentra cumpliendo cuarentena tras contraer la variante ómicron de covid-19 en Dubái, según informó a la diaria uno de los abogados que lo representa.

Consultado sobre las posibles sanciones por la inasistencia, como la pérdida del depósito de garantía, el abogado señaló que el MEF ya está enterado de la situación y que esperan que le conceda una prórroga de 15 días a su cliente.