El 22 de abril la Comisión de Vecinos de la Cañada envió una nota a la Intendencia de Maldonado (IDM) en la que destacó que el Paseo de la Aguada es un lugar “ecológicamente sensible” y con una gran diversidad de fauna. En respuesta a la nota, firmada por 68 vecinos, la IDM prevé una reunión, informó Nany Salazar, abogada y vecina del lugar.

El Paseo de la Aguada (o Paseo de la Cañada) está atravesado por un curso de agua de 800 metros que desemboca en la playa Las Delicias. Allí coexisten árboles muy antiguos, pájaros, mariposas, gallinetas, pero también tortugas, garzas blancas, sapos y lagartos, que en los últimos años comenzaron a desaparecer debido a las podas y a la contaminación sonora que produce la empresa de jardinería designada por la IDM para el mantenimiento del lugar, expresaron los vecinos.

En 2016 la Comisión Asesora de Adjudicaciones de la IDM eligió a la empresa Céspedes para que prestara servicios de “conservación, mantenimiento y cuidado” por un año con un costo mensual de 345.640 pesos uruguayos, según señala la licitación abreviada 51/16.

El contrato fue renovado y actualmente la empresa continúa desempeñando su actividad. Este lunes la diaria constató la presencia de tractores y trabajadores de Céspedes y observó cómo uno de sus camiones se llevaba toneladas de madera cortada. En la nota los vecinos exhortaron a la comuna a prohibir el ingreso de maquinaria pesada, “salvo alguna excepción que lo amerite”.

Desde que la empresa comenzó a trabajar en el lugar el ecosistema se vio afectado por la tala de árboles que no se repusieron, por la alteración de la humedad del suelo debido al corte del pasto, por el cambio en los cauces de agua —producto de la obstrucción con bolsas de arena— y por la instalación de caños para el riego del césped con agua de la Cañada, denuncian los vecinos.

“Lo que durante más de 150 años hizo la naturaleza, mantener la humedad del suelo, ahora lo hace la intendencia con intervención humana, degradando más el ecosistema y generando gastos al contribuyente”, reza la nota.

El Paseo de la Aguada “tiene su propio equilibrio de ecosistema, no es necesario el riego por su grado de humedad. Hace bastante tiempo que los vecinos que vivimos cerca estamos preocupados. Lo que queremos es que pare la depredación y que se reconstituya el suelo natural y el hábitat de la fauna que existía. Para eso es necesario designar técnicos ambientales. No es tarea para una empresa de jardinería”, expresó Salazar.

La empresa designada también recoge las hojas caídas de los árboles con una sopladora, algo que tiene un impacto negativo porque ahuyenta a los animales e implica una reducción de los nutrientes de la tierra, afirmó Salazar.

Los vecinos también advirtieron que las actividades en el paseo han cambiado con el tiempo. El lugar que antes se caracterizaba por su calma y donde se realizaban reuniones, yoga y tai-chi, ahora es utilizado para jugar al fútbol y hacer “deportes agresivos para el entorno”, indicaron los vecinos. Agregaron que el parque La Loma, a pocos metros, “está especialmente diseñado para eso”.

En la nota los vecinos mencionan que durante el segundo gobierno de Domingo Burgueño (1995-1998) se diseñó un plan de manejo de la Cañada: se diferenciaron zonas de césped y de preservación de la vegetación y se crearon puentes de madera y caminos para recorrer el paseo, al igual que en el Arboretum Lussich y en el parque Mancebo. “Esto permitió que la Cañada fuera disfrutada tanto por los habitantes de Maldonado como por sus habitantes naturales: las gallinetas, los pájaros, las mariposas, las ranas y las tortugas”.