Hace tres años la derrota del Frente Amplio (FA) lo convenció de retirarse de la contienda política y dedicarse exclusivamente a la militancia para dar lugar a la renovación de liderazgos. Sin embargo, ahora el exintendente y exdiputado Óscar de los Santos (Espacio 738) está a un paso de ser candidato a la Intendencia de Maldonado (IDM) otra vez. En entrevista con la diaria, contó qué lo mueve a esa decisión y desgranó sus motivos para creer que el Partido Nacional (PN) no tiene el triunfo asegurado en este departamento. También explicó las razones del voto que dará a Carolina Cosse -aunque su sector respalda la candidatura de Mario Bergara a la presidencia de la República- y por qué firma por el plebiscito contra la reforma de la seguridad social pese a que no hará campaña por esta iniciativa de la central obrera.

¿Qué opina del balance de gestión que ofreció el intendente Enrique Antía y de su afirmación en cuanto a que los fideicomisos no incrementan el endeudamiento de la IDM?

Antía mintió. La IDM viene con un nivel de endeudamiento creciente desde 2015 y, al término de este período, habrá cuadruplicado el déficit que recibió. No recortó el gasto de funcionamiento, que sigue creciendo con el clientelismo en la tercerización de servicios y en el rubro 0 debido al aumento de los cargos de confianza y a la creación de mandos medios cubiertos en forma directa. Al final de estos diez años de gobierno el PN habrá gastado en cargos de confianza 40 millones de dólares más que el FA en sus diez años. Por otro lado, los tres fideicomisos suman 180 millones de dólares de endeudamiento, con el agravante de que contrajeron la deuda en Unidades Indexadas (UI). Así que, lejos de licuar la vieja deuda, lo que hace es agravar el costo financiero cuando se consideran los intereses y la diferencia cambiaria con el dólar y la inflación. Prevén un crecimiento del 20% de ingresos para 2024 y 2025 que no cierra por ningún lado. No tienen forma de hacerse cargo de ningún déficit, están falseando las cifras. Antía dejará una IDM comprometida financieramente…

“El PN no tiene el triunfo asegurado en Maldonado porque Rodrigo Blás, su figura más fuerte, es su talón de Aquiles”.

¿Cuál sería el sentido, si el PN parece convencido de que retendrá el gobierno departamental?

O está ataviando al próximo gobierno del PN porque es difícil que concrete todas las obras en dos años y porque sabe que no contará con mayoría especial para aprobarse más endeudamientos; o el PN cuenta con datos que la sociedad no y es que no tiene el triunfo tan asegurado como dicen algunos dirigentes. Yo no diría que el PN tiene el triunfo tan seguro.

¿Cuál es su análisis al respecto?

Ninguno de los candidatos de Antía se destaca como líder y el senador Rodrigo Blás es un candidato fuerte, con un gran capital de inversión en campañas comprobado, pero al mismo es el talón de Aquiles del PN. Quizás lo que sucede es que tienen mediciones de encuestas donde el principal problema de los blancos es la gente que no quiere votar a Blás, que es su principal figura. Puede haber muchos que no votan al FA y que terminen votando al FA para que él no gane.

¿Cómo encuadra en ese escenario una candidatura de Darío Pérez, tras su retorno al PN?

Yo no veo entre los candidatos de Antía, incluyendo a Darío Pérez, un candidato que descuelle. Me pregunto si el PN va a llamar a votar a sus convencionales sobre la base de precandidatos y luego Antía impondrá a Miguel Abella, que es mencionado como su delfín, aunque no tenga respaldo. A Abella nadie lo conoce y la discrecionalidad de Antía en una convención puede laudar un candidato que le rechine a la gente. Las élites políticas de la IDM se manejan con el sector financiero, con los desarrollistas favorecidos por las excepciones edilicias y con núcleos de la estructura empresarial media, que es su base social, pero andá a un barrio y preguntá por Abella. A Darío Pérez sí lo conocen, aunque la gente que se define del FA difícilmente lo vote. Está claro que el FA perdió en las elecciones de octubre [de 2019] con Darío adentro, no porque se fuera. Desconozco cuánto se lleva al PN.

¿Cree que el FA está en condiciones de retomar el gobierno departamental?

Si en octubre el FA es la primera fuerza en Maldonado -no digo que le gane a la coalición sino como fue del 94 en adelante- e incluye en su programa plataformas que incorporen la realidad de Maldonado y que resuelva los problemas que dejará el PN y con el respaldo de un gobierno nacional que mire al departamento con propuestas -como este no lo miró-, el FA puede competir en mayo. El programa que aprobará el congreso nacional en diciembre deberá incluir plataformas muy específicas para departamentos estratégicos desde el punto de vista electoral y económico, incluido Maldonado. Todavía no veo ese cierre programático en cuanto a la prioridad del departamento en el proyecto nacional.

¿Las giras nacionales de El FA te escucha y Diálogo por Uruguay no van en ese sentido?

Me parece que la conducción de Fernando Pereira en el FA le dio una nueva inyección con mucha humildad, de salir a escuchar y hacer una devolución en el interior. Esperamos que el programa tenga en cuenta aspectos que respondan a lo que escuchamos. Me estimula pensar en ese programa, en que allí tenemos una llave y una gran contradicción para resolver que tiene que ver con el crecimiento de la pobreza entre niños y mujeres, que exige respuestas transversales; y el mundo del trabajo que se viene con la incorporación de nuevas tecnologías.

Yendo a las candidaturas del FA, ¿se logró la renovación a la que aspiraban?

El FA y el PN tienen las mismas dificultades para la renovación, aunque el FA tiene a favor que quienes aspiran a estar en la IDM son compañeros y compañeras con valores vinculados con la ética, la transparencia, el republicanismo, la descentralización, la necesidad de tratar con igualdad de normas a todo el mundo y no excepcionalmente a los amigos. Esa genética del FA se diferencia de cualquier candidato del PN, sean Blás o Pérez y de ahí para abajo. Se puede ganar, porque el PN ya no le puede prometer a la mitad de la población que va a entrar a la IDM o estar en la fundación A Ganar. Ya la gente sabe que las promesas de Antía favorecieron a sus amigos.

¿Qué les dice a quienes le piden que sea candidato otra vez?

Cada vez es más difícil decir que no. Cada vez me cuesta más porque después de saldados los juicios penales, aunque hace poco reabrieron uno, en el frenteamplismo hubo como un reencuentro con el Flaco. De alguna forma el Flaco estaba cuestionado y pasó la prueba, se mantuvo leal al FA, no pasó facturas a los que se fueron, miró para adelante y dio paso para que otros pasaran. La operación política y mediática en mi contra fue muy fuerte, hubo una campaña para destruir a un referente del FA y eso generó una duda, un desgaste y hasta un odio incluso dentro de la clase trabajadora a la que pertenezco. Yo culminé el ciclo electoral como candidato en 2020 sabiendo que no había chance, pero no podía decirle al FA “arréglate como puedas”. Todavía el ciclo no se ha cerrado y no aparecen quienes puedan liderar y tampoco me siento un líder natural. Pero capaz que estamos construyendo algo y el PN está reaccionando porque nos ve en condiciones de competir.

“Tengo la percepción de que, en la interna polarizada entre Orsi y Carolina, no hay espacio para mucha cosa y la mejor opción es ella”.

¿Qué cambió dentro del FA para reconsiderar la postura de hace tres años?

Empecé a sentir un alivio de los frenteamplistas, una fraternidad, un abrigo. Empecé a sentir “el Flaco es nuestro compañero”, aunque no me fueran a votar. La gente se dio cuenta de que pasé el temporal con creces, que ya no pueden seguir hostigándome, y me puso un poncho por encima. Pero no me creo dueño del poncho.

Entonces dio el sí...

No puedo decir que sí porque tengo un dilema. El espacio al que pertenezco vota a [Mario] Bergara a la presidencia y yo voy a votar a Carolina Cosse. Aunque yo diga que voy a ser candidato, el FA no tiene definido cómo resolver las candidaturas [a la IDM]. Históricamente, antes del congreso nacional de diciembre había plenarios departamentales que habilitaban la multiplicidad de precandidaturas a la IDM y establecían que los tres con mayor porcentaje de votos eran los candidatos del FA en mayo. Ahora eso no se ha hablado, ningún compañero me ha transmitido que se estén discutiendo precandidaturas a la IDM.

¿Existe riesgo de salir demasiado tarde con respecto al PN?

Es cierto que el FA departamental está muy concentrado por la discusión programática en lo nacional, pensando primero en el gobierno nacional. Lo que estamos viendo es si poner en disputa las candidaturas a la IDM ayuda a ganar el gobierno nacional, quizás por un temor a generar daños. Pero viendo los tiempos y las movidas últimas del PN, incluyendo la última rendición de cuentas pública de Antía, amerita que el FA acelere esa discusión.

“El plebiscito contra la reforma de la seguridad social me plantea serias dudas. No voy a hacer campaña por las firmas pero voy a firmar”.

¿Por qué Cosse?

Tengo la percepción de que, en la interna polarizada entre Orsi y Carolina, no hay espacio para mucha cosa y la mejor opción es ella. Es algo que me sale del alma, no tenemos vínculo político, pero creo que los gobernantes necesitan tener otras formaciones y estar cerca de la academia. Capaz que es una paradoja, pero quienes venimos del proletariado tenemos que ser más exquisitos para elegir políticamente el concepto de comprender el mundo que se viene. Ella me da solvencia y tranquilidad cuando habla, no son elementos para tener que elegir entre uno y otro, es que me siento identificado con su planteo.

¿Cuál es su postura con respecto al plebiscito contra la reforma de la seguridad social promovido por el PIT-CNT?

Es un gran lío y me plantea serias dudas. No voy a hacer campaña por las firmas, pero voy a firmar, porque hay buena parte del movimiento popular del que vengo que lo respalda y creo que es bueno que discuta el FA de cara a diciembre. Creo que exige afinar más la propuesta del diálogo nacional por la seguridad social y de cómo lo vamos a financiar. El FA tiene que ser más audaz y lograr mayores consistencias sobre todo para quienes están por fuera de las AFAP.