El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, recordó este miércoles que faltan 374 días para que termine su gobierno y dijo que por eso está “a flor de piel”, “revisando” lo que se planteó en su campaña electoral y al inicio de su gestión, y lo que ha concretado.

Desde el estrado donde participó en el primer realojo masivo de familias del asentamiento Kennedy, en Maldonado, el mandatario apeló al himno nacional que acababa de cantar y trajo a colación una promesa de campaña: “Sabremos cumplir”. Esta vez, sin embargo, transformó la exclamación: “¿Sabremos cumplir?”, se preguntó al abrir el discurso. Ese fue el punto de partida para disertar sobre lo que han sido sus objetivos de gobierno.

“Una gestión de gobierno no se pude pensar de otra manera que en el individuo que tiene sueños, esperanzas y la necesidad de que el Estado lo acompañe”, dijo, para destacar el proceso desarrollado por la Intendencia de Maldonado (IDM) hacia la erradicación del asentamiento Kennedy y la participación de diferentes instituciones. “Cada uno en su lugar tiene que contestar la pregunta ¿sabremos cumplir? Cuando uno empieza a culminar algunos procesos tiene que desandar algunos caminos, no para poner excusas, sino para saber qué necesita cada uno de los uruguayos”, apuntó, y dio paso a una evaluación de las políticas sociales y de vivienda.

Lacalle Pou enfatizó, entonces, que su administración “duplicó” los recursos para la erradicación de asentamientos en todo el país y opinó que el programa de gobierno es “un contrato” que tiene “la obligación moral” de cumplir. No obstante, consideró que, si no puede resolver este problema social, no estará conforme pero dejará “andado un camino” para su sucesor.

Cabe esperar que “el que venga, el que agarre la posta, tenga las mismas sensibilidades o mayores; el mismo nivel de ejecución o mejor. En estos 374 días que quedan dejaré todo en la cancha para que el que venga tenga un país en marcha y pueda mejorarlo aún más”, aseguró.

Más allá de la Constitución

En cuanto al trabajo de la IDM, el presidente dijo entender que el asentamiento Kennedy se formó con personas de todo el país que primero vinieron a buscar empleo y que luego se fueron asentando con sus familias.

“Primero la comida y luego un techo. La gente no se va a quedar durmiendo al costado del camino, va a buscar una casa para sus pichones. Eso pasa en el mundo, en el país y más en Maldonado, con un crecimiento tan abrupto”, evaluó.

Por eso destacó que la IDM, que tiene “otros fines primarios”, haya entendido que “invertir era una obligación moral, no legal, para ayudar a que la gente viviera de mejor manera”, incluso cuando esto “excede lo que dicen la Constitución y la ley”, porque “los temas de la gente evolucionan o involucionan según pasa el tiempo”.

Lozano: “No es humo”

A su turno, el ministro de Vivienda y Ordenamiento Territorial, Raúl Lozano, enfatizó que está recorriendo el país para entregar viviendas y resaltó “la satisfacción” que le genera el acto de “hacer realidad lo que para muchísima gente eran sueños”.

Luego destacó que el gobierno nacional “destinó 480 millones de dólares para cumplir con este sueño” de erradicar viviendas irregulares, que en 2020 alojaban a “más de 200.000 personas”.

Para el ministro, este es un gobierno “sensible” que “se hizo cargo” de un verdadero problema social. En ese sentido, ensalzó el programa Avanzar que desarrolla su cartera con varias intendencias. “Avanzar está en obras, son casas, no son humo, estamos entregando viviendas”, remarcó.