La Intendencia de Maldonado (IDM) abrió, este viernes, la etapa de puesta de manifiesto de un proyecto de fraccionamiento ubicado al norte de Piriápolis y al suroeste del barrio Pueblo Obrero. La iniciativa, presentada por Alfredo Lorenzo Piria, apunta a transformar en urbanos dos padrones rurales -con una superficie total de 10,6 hectáreas- para fraccionarlos en 107 lotes con destino a viviendas.

El documento de avance y el informe ambiental estratégico correspondientes al Programa de Actuación Integrada del proyecto (identificado como PAI Piria) están disponibles en el sitio web de la IDM y permanecerán a consideración pública durante 30 días.

El propietario de los terrenos plantea un emprendimiento de “fraccionamiento abierto”, con solares de superficie aproximada de 600 metros cuadrados. También habrá un espacio libre de 1,6 hectáreas, que es atravesado por una cañada.

El barrio habitacional, que se conectaría con Pueblo Obrero por las calles Rincón e Ituzaingó, “mantendrá las características de la zona balnearia circundante de baja densidad poblacional”, indicó la IDM al comunicar el inicio de la puesta de manifiesto.

Impactos y medidas de mitigación

El informe ambiental estratégico del PAI Piria fue elaborado por la empresa Sigmaplus en diciembre pasado. Propone un crecimiento urbano “ordenado”, incluyendo los servicios y equipamientos urbanos “necesarios para reducir al mínimo” los impactos al medio ambiente, “según las disposiciones de la normativa nacional y departamental vigente”.

La implantación del proyecto será “armoniosa con el entorno y con las actividades y usos del suelo” que se desarrollan actualmente, “permitiendo que éstas se mantengan y desarrollen con mayor ímpetu, incrementando y mejorando la oferta de vivienda y servicios”, expone el documento.

Al considerar los “principales” impactos ambientales, plantea la “afectación a la escorrentía superficial y erosión del suelo por incremento de la superficie impermeabilizada”.

Esto implica que disminuirá la capacidad de infiltración de la cuenca y se incrementarán los caudales de escurrimiento durante las lluvias, “pudiendo incrementar posibles problemas de inundación y de erosión en los elementos de drenaje hacia aguas abajo”.

Para “gestionar” este impacto se un sistema de drenaje pluvial similar al de las zonas de baja densidad cercanas, consistente en la construcción de cunetas “empastadas” y alcantarillas, además de dos “pequeños embalses” para amortiguar la descarga de la subcuenca. Se entiende que, con esto, el impacto “es admisible”.

La construcción de los drenajes pluviales y las viviendas afectará a la vegetación y las zonas de humedales asociados a la cañada sin nombre que atraviesa los padrones, marca el informe. Sin embargo, señala que también este impacto “es admisible” porque la cañada será encausada a través de las cunetas proyectadas, y descargada nuevamente hacia un curso natural.

Los humedales, en tanto, quedarán dentro del espacio libre del fraccionamiento al tiempo que el bosque donde se implantará el nuevo barrio está compuesto “mayormente” por eucaliptus.

Efluentes y residuos domésticos

En cuanto a la generación de efluentes domésticos, que podrían contaminar las aguas superficiales y subterráneas, el informe señala que el anteproyecto del fraccionamiento consiguió la viabilidad de OSE y UTE para la conexión a las redes. “Se concluyó que 105 de los 107 lotes previstos en el fraccionamiento pueden ser saneados por gravedad hacia las redes construidas en la actualidad”, afirma.

En este punto también informa que el diseño del sistema de saneamiento incluye “aproximadamente 1.600 metros de colectores en los ejes de calle y registros en los inicios (terminales), quiebres y uniones. La traza propuesta para los colectores permite servir a todas las viviendas del conjunto”.

La generación de residuos sólidos será atendida de acuerdo a las normas departamentales y responsabilidad de la IDM, acota.

Un proyecto “apto” para la zona

En cuanto a la modificación del paisaje debido a la presencia de las nuevas viviendas, el documento se remite a señalar que “no habrá un impacto ambiental significativo” ya que las construcciones proyectadas se ajustan “perfectamente al entorno” y además estará el espacio de uso público.

En resumen, la consultora sostiene que se cumplirá toda la normativa nacional y departamental. “Los impactos ambientales identificados para el escenario futuro previendo el fraccionamiento son todos admisibles al considerar las medidas de gestión y de seguimiento sugeridas, con lo cual el proyecto es apto para la zona en la que se desea implantar”, concluye.