Una familia de San Carlos presentó, este miércoles, una denuncia penal y civil contra efectivos de la seccional 2ª por abuso policial. El episodio comenzó al anochecer del pasado viernes 7 cuando Eduardo González se trasladaba en una moto sin contar con luces ni libreta de conducir y fue interceptado por un móvil del Programa de Alta Dedicación Operativa (PADO).
De acuerdo a una carta de la familia, que divulgó el portal Revista Cero, los policías no dieron orden de detención y el joven continuó hasta el domicilio de sus padres y hermanos. Una cámara de seguridad instalada en la casa -cuyas imágenes adjuntaron los denunciantes- muestra la llegada de los policías para solicitar al conductor su documentación y la del vehículo.
En la filmación se observa a tres jóvenes -una mujer y dos varones hermanos de Eduardo- discutiendo con una funcionaria policial a cargo del operativo, mientras la dueña de casa gritaba bajo una aparente crisis de nervios. Lucas González relató en su carta que, al ver a su madre en ese estado, resolvieron entregar el vehículo mientras la funcionaria solicitaba apoyo con más móviles.
Al llegar, uno de los policías ingresó al porche de la casa, tomó a Lucas por sorpresa desde atrás y lo arrastró hacia la vereda, con lo cual comenzaron agresiones cruzadas que terminaron con varios jóvenes esposados, muestran las imágenes entregadas a Revista Cero, a las que accedió la diaria.
“Recibimos patadas en la parte baja por parte de los mismos efectivos que nos detuvieron, y la funcionaria me lanzó reiterados puntazos de pie a la pantorrilla”, relató Lucas.
El conflicto se agravó cuando la hermana protestó porque la Policía se negó a asistir a su madre. Mientras la mujer policía intentaba reducir a la joven, con manotazos y una llave en el cuello, la dueña de casa salió con un cuchillo y amenazó autolesionarse. Más efectivos, “de investigaciones y la Guardia Republicana”, llegaron a la escena, aunque estos últimos “actuaron de forma adecuada”.
Según Lucas, la mujer policía les dijo que cuando llegaran a la comisaría los iba a “ahorcar con un palo”, al tiempo que un policía de investigaciones amenazó “con molerlos a palos” en la seccional. Tres hermanos fueron llevados en diferentes móviles a la dependencia policial, donde contabilizaron 20 policías y cuatro funcionarios de investigaciones. Por otra parte, fue detenido violentamente el padre de familia, aunque llegó a la comisaría “20 minutos después”.
“Tortura” y “falsificación de documento”
Los hermanos aseguran que fueron “torturados, verdugueados y amenazados de muerte”. Lucas contó que mientras se encontraban esposados y “acorralados contra la pared”, el policía que los había amenazado golpeó a su hermano Agustín en el cuello y que este intentó defenderse lanzando algunas patadas.
“Con la rodilla le presionó la sien hasta que mi hermano empezó a sangrar mucho por la nariz y perdió el conocimiento. Previamente, le empezó a pegar puntazos de rodilla en la cabeza”, denunció Lucas.
“Al ver que mi hermano se encontraba con un color de piel muy blanca y sin conocimiento”, un funcionario paró la agresión, diciendo que lo trasladarían al hospital de San Carlos. “Mi otro hermano (Eduardo) y yo continuábamos siendo torturados psicológicamente y físicamente, con puntazos de pie y empujones contra la pared, mientras todos los funcionarios presentes miraban y se reían de la situación”, agregó, tras aclarar que estaban esposados y sin posibilidad de moverse.
Según su relato, también fueron “amenazados en reiteradas veces por algunos de los oficiales presentes [...] Ahí llegó mi padre, a quien le habían dado vueltas por San Carlos”. Lucas aseguró que su hermano Agustín fue al hospital en un auto particular, donde el policía que lo atacó le limpió la sangre y “le introducía los dedos como ganchos en la nariz mientras mi hermano gritaba de dolor”.
Lo dejó “aproximadamente unos 15 minutos en el vehículo para que se recuperara y volviera a la comisaría, sin atención médica”. Entonces, Agustín comenzó a convulsionar y fue llevado a la puerta de emergencia, donde a pesar de su situación siguió esposado.
El policía agresor le dijo al médico que el joven “se golpeó solo” durante la detención, aunque el doctor escribió en su parte que las lesiones se produjeron “en una pelea”, según documentos que los denunciantes aportarán a la investigación. “Falsificaron la documentación”, enfatizó Lucas.
Denuncia penal y civil
Agustín volvió a la comisaría donde sus hermanos y su padre permanecían detenidos. En esa condición estuvieron desde las primeras horas de la noche del viernes hasta pasado el mediodía del sábado, pero la intervención “nunca pasó a la Fiscalía”. Lucas sostuvo que uno de los policías que participaron en la detención les dijo que no estaban ni como demorados ni como detenidos, que no se explicaba por qué seguían en la comisaría.
En la mañana del sábado 8, “un oficial nos confirmó, dentro de la unidad policial, que hicieron un procedimiento equivocado, y nos aconsejaron declarar todo. Sus palabras fueron las siguientes: ‘Nosotros reconocemos que hicimos un procedimiento mal, ustedes hagan las denuncias y que caiga quien tenga que caer’”.
A todo esto, la hermana que había forcejeado con la mujer policía fue a denunciar la agresión que le provocó lesiones en el rostro. Uno de los policías que había participado en los incidentes en el domicilio se negó a tomarle la declaración: “¿Querés que te meta presa como a tus hermanos?”, le habría dicho en ese momento, además de afirmarle que “sin pruebas” no podía tomar la denuncia.
Este miércoles, en declaraciones a FM Gente, Lucas afirmó que solicitaron audiencia con un abogado y que presentarán una denuncia “penal y civil” por el abuso policial. González dijo que conocía sus derechos y la “jerga” policial porque revistó en el Batallón de Ingenieros 4 hasta que fue dado de baja por una enfermedad renal.