La Comisión de Ambiente de la Junta Departamental de Maldonado tiene a estudio una iniciativa del edil del Frente Amplio Leonardo Pereira para modificar el decreto 3602 que regula el manejo de los bosques costeros urbanizados desde hace 37 años.

Los bosques urbanos se definen como “áreas verdes de diversos tamaños distribuidas por las ciudades y las especies arbóreas existentes en el entramado urbano público y privado, que mejoran y fomentan la interacción del ser humano con la naturaleza”.

En el caso de Maldonado, destacan el Arboretum Lussich de Punta Ballena, los parques El Jagüel e Indígena y el humedal del arroyo Maldonado en la zona de El Placer, el Paseo de la Aguada y el Parque Mancebo en Punta del Este, entre otros. Aunque las especies de los predios privados son las de “mayor incidencia de tala y reposición”, mencionó el edil.

También señaló que el decreto actual exige reponer el pino marítimo -una especie no nativa- y que la modificación apunta a que la reposición se realice con la plantación de árboles y especies autóctonas. De esta manera, se “garantiza un ecosistema próspero y sostenible que beneficia la vida silvestre, la salud del suelo y las comunidades locales”, argumentó.

Las ventajas de las plantas nativas, según Pereira

El edil consideró que la plantación de nativas es una forma de “luchar contra la deforestación, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático”, y aseguró que estas especies “tienen mayor resistencia a plagas y enfermedades y casi no requieren riego”, por lo que “reducen el consumo de agua y recursos para su mantenimiento” y “hasta un 30% la necesidad de usar aire acondicionado”.

Además, los árboles autóctonos “reducen la temperatura, proporcionan sombra y tienen beneficios económicos”. Conservan el agua del suelo, previenen su erosión, “contribuyen a apoyar los polinizadores, y al desarrollo y la conservación de la vida silvestre”.

A diferencia de las especies no autóctonas como el eucaliptus, cuyo ejemplar adulto “extrae hasta 15 litros de agua diaria del subsuelo”, dijo que las nativas están acostumbradas a desarrollarse y prosperar bajo condiciones locales: “son la mejor opción para el bosque sostenible y el intercambio de oxígeno y carbono”, apuntó.

Por último, Pereira puso el ejemplo de los programas de recuperación del bosque nativo que se desarrollan en la cuenca del río Santa Lucía (Canelones) y en el Municipio B en Montevideo. Resaltó que son de “suma importancia las políticas públicas” y la creación de programas de plantación de especies como ñandubay, ombú, coronilla, guayabo, arrayán, sauce, palma butiá, cedrón del monte, aruera, anacahuita, y otros.