Este miércoles dio comienzo un nuevo juicio contra el activista Julian Assange, luego de la apelación presentada por Estados Unidos para solicitar que sea extraditado desde Reino Unido.

En enero, la jueza Vanessa Baraitser negó el pedido de extradición estadounidense, que fue presentado durante el mandato de Donald Trump, con Mike Pompeo como secretario de Estado, y ratificado ni bien asumió el gobierno de Joe Biden. Ahora es el Tribunal Supremo de Londres el que deberá resolver el pedido de apelación.

La jueza Baraitser, por su parte, respaldó su decisión, argumentando que Assange, está sufriendo un deterioro en su salud mental y presenta “riesgo de cometer suicidio” en caso de ser trasladado a territorio estadounidense.

Desde 2019, cuando Ecuador le retiró el asilo, Assange está privado de libertad y aislado en una cárcel de máxima seguridad ubicada en el sureste de Londres. El fundador de Wikileaks presenta un cuadro de depresión clínica, lo que llevó al relator especial de la Organización de las Naciones Unidas sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, Nils Melzer, a denunciar que se lo estaba “maltratando hasta el punto de que ahora presenta síntomas de tortura psicológica”.

“Es completamente impensable que los tribunales de Reino Unido puedan estar de acuerdo con esto [...] Espero que las cortes pongan fin a esta pesadilla y que Julian pueda volver a casa pronto y prevalezca la sabiduría”, dijo la esposa del activista, Stella Moris.

Asimismo, la jueza Baraitser argumentó que Estados Unidos no puede dar garantías para proteger la salud de Assange y citó el caso del empresario Jeffrey Epstein, que se suicidó estando recluido y custodiado por las autoridades a la espera de un juicio por abuso sexual contra decenas de mujeres.

El gobierno estadounidense, por su parte, apuntó contra Michael Kopelman, el responsable de elaborar el informe psiquiátrico sobre el estado de salud de Assange. Según los abogados, el especialista ocultó información en su reporte, como que Assange tuvo hijos mientras se refugiaba en la Embajada de Ecuador, y logró que la magistrada fuera “engañada”.

Según informó Reuters, Estados Unidos estaba dispuesto a permitirle a Assange que cumpla su condena en Australia una vez que sea extraditado y llevado a juicio en tierra norteamericana.

Assange es acusado de haber ayudado a Chelsea Manning, exanalista del Ejército, a intervenir una red informática clasificada y a conspirar para obtener y publicar a través de Wikileaks una serie de documentos clasificados sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas por el Ejército estadounidense en Afganistán e Irak.

Una filtración de Wikileaks durante el mandato de Pompeo como director de la CIA, el informe conocido como Vault 7 (Bóveda 7), que revela algunas de las herramientas y métodos de piratería que utilizaba la agencia, provocó el inicio de una campaña encabezada por la organización de inteligencia contra Wikileaks, en la que incluso se consideró la posibilidad de secuestrarlo de su refugio en la Embajada ecuatoriana en Londres y matarlo, según un informe de Yahoo! News para el que se entrevistó a 30 funcionarios y exfuncionarios de la CIA.

Esto fue confirmado por el propio Pompeo al ser entrevistado a fines de setiembre en el podcast de la periodista Megyn Kelly. Pompeo dijo que hay “algunas cosas ciertas” y añadió que “las 30 personas que supuestamente hablaron con uno de estos periodistas deberían ser procesadas por hablar sobre actividad clasificada dentro de la Agencia Central de Inteligencia”.