El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) hizo pública este martes su preocupación por la situación que se está viviendo desde hace meses en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, donde miles de personas están viviendo en campamentos improvisados en condiciones muy precarias y soportando muy bajas temperaturas a la espera de poder ingresar en territorio polaco, país que integra la Unión Europea (UE).
De acuerdo a lo que consignaron agencias de noticias, desde la entidad dependiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se está pidiendo que se termine la utilización de población vulnerable con fines políticos.
“Estamos muy alarmados por las escenas que estamos viendo en la frontera entre Bielorrusia y Polonia”, dijo la australiana Shabia Mantoo, portavoz del Acnur, en una sesión informativa de la ONU.
“Dijimos en repetidas ocasiones que utilizar a los refugiados, solicitantes de asilo y migrantes para conseguir fines políticos es inaceptable y esta situación debe terminar”, expresó Mantoo, según informó Euronews.
El gobierno polaco, la UE y Estados Unidos, en el marco de su enfrentamiento con el Ejecutivo bielorruso, que encabeza Aleksandr Lukashenko, vienen acusando a este último de intentar provocar un enfrentamiento al incentivar a los migrantes, en su gran mayoría iraquíes, sirios, afganos, libios y yemeníes, a cruzar a Polonia y así acceder a la UE. También hay una situación similar, aunque de menor escala, en la frontera bielorrusa con otros dos países que integran el bloque comunitario, Lituania y Letonia, naciones que también tienen una tensa relación con Lukashenko.
Mientras tanto, desde Bielorrusia se dice que las acusaciones en su contra “no tienen fundamento”, y funcionarios del gobierno de Lukashenko, que cuentan con el apoyo irrestricto de Rusia en esta pulseada geopolítica, acusaron al gobierno polaco de actuar con “indiferencia” y tener “una actitud inhumana” al negarse a recibir a los migrantes.
Lukashenko, quien gobierna autocráticamente la exrepública soviética desde 1994, mantiene una relación tensa con las potencias occidentales, algo que se incentivó el año pasado luego de que fuera reelecto en unos comicios calificados como fraudulentos, algo que conllevó sanciones para el país y funcionarios del gobierno.
Del lado polaco de la frontera, el Ejército colocó kilómetros de alambre de púas y reforzó la vigilancia en la zona con miles de efectivos para impedir que los migrantes puedan acceder a su territorio. De acuerdo a lo que informó la BBC, la Policía polaca publicó en su cuenta de Twitter videos de migrantes acampando en la zona bielorrusa de la frontera entre fogatas para poder soportar el frío, mientras de fondo se podía oír una advertencia de que los cruces únicamente están autorizados por los pasos fronterizos oficiales y que es necesario tener visado para poder ingresar al país.
Los polacos vienen acusando al gobierno bielorruso de promover la llegada a su país de los migrantes para así presionar a Polonia y por elevación a toda la UE. Las personas que llegan a Minsk, la capital bielorrusa, en su mayoría lo hacen en avión desde Turquía, Siria, Emiratos Árabes Unidos y también desde algunas ciudades rusas. Posteriormente, se contactan con ciudadanos bielorrusos, quienes los acercan hasta la frontera con Polonia, aunque la enorme mayoría de los migrantes no pretenden quedarse en suelo polaco sino dirigirse hacia Alemania, Francia y otros países del occidente europeo.
Según informó eldiario.es, la semana pasada el Tribunal Europeo para los Derechos Humanos ordenó a Polonia y a Letonia ayudar a los refugiados y migrantes que están en sus fronteras para que les brinden “comida, agua, ropa y atención médica adecuada y, si es posible, refugio temporario”. Sin embargo, el mismo tribunal no exigió que ninguno de los países “dejara que los solicitantes de asilo entrasen en sus territorios”.
En respuesta a la decisión del Tribunal, el gobierno derechista polaco que lidera el primer ministro Mateusz Morawiecki, del partido Ley y Justicia, un sector caracterizado por su conservadurismo y nacionalismo, afirmó que ofreció en reiteradas ocasiones llevar ayuda humanitaria a los refugiados que se encuentran en Bielorrusia y no obtuvo respuesta del gobierno de Lukashenko. “Estas personas están del lado bielorruso de la frontera”, argumentó un portavoz del Ministerio del Interior polaco.