Se cumplieron este miércoles cinco años de la firma del acuerdo de paz entre la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Estado colombiano, que terminó con un conflicto armado que había durado más de medio siglo. Aunque la violencia está lejos de terminar, Colombia conmemoró ese hito con un acto al que asistieron el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el portugués Antonio Guterres, el expresidente Juan Manuel Santos, que impulsó este proceso de paz, y Rodrigo Londoño, el líder de las FARC que promovió y firmó el acuerdo.

El martes, Guterres, junto al mandatario colombiano Iván Duque, Londoño y dirigentes sociales, visitó el departamento de Antioquía y la zona donde viven la mayoría de los guerrilleros desmovilizados. Guterres se manifestó preocupado por la “inseguridad” que enfrentan varias regiones del país. Dijo que los asesinatos de exguerrilleros, que sumaron 296 en cinco años, y los de líderes sociales y defensores de los derechos humanos, que llegaron a 674 desde entonces, “funden las esperanzas de las comunidades, así como ponen en jaque las perspectivas del desarrollo sostenible”.

El secretario general de la ONU agregó que “la paz de Colombia pasa necesariamente por la paz de los territorios” y alentó a los colombianos “a aprovechar esta oportunidad histórica de convertir el anhelo de la paz en realidad”.

Junto a Duque y Londoño, Guterres visitó la zona de Llano Grande, donde se encuentra el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación. Allí tienen sus proyectos productivos 6.000 exguerrilleros de los 13.000 que se sumaron al acuerdo de paz y dejaron las armas.

“Aprecio la oportunidad de escuchar a miembros de las comunidades, a autoridades indígenas y gubernamentales. Ellos saben mejor que nadie que la paz no viene de un día al otro. Cuesta trabajo construirla, cuidarla y sostenerla”, dijo Guterres.

Para el secretario general de la ONU, existe una “obligación moral” de sacar adelante este acuerdo de paz que es una fuente de “inspiración” para el mundo. “Después de más de cinco décadas de conflicto y conscientes del sufrimiento que causó [...] tenemos la obligación moral de garantizar que este proceso de paz tenga éxito”, dijo. “A un mundo de divisiones geopolíticas, guerras interminables y multiplicación de conflictos, Colombia envía un mensaje claro: es hora de invertir en la paz”, agregó.

Guterres reconoció que este camino tiene riesgos, en particular para “las comunidades étnicas, las mujeres y las niñas”, que “son siempre especialmente afectadas”. Algunos de esos riesgos, dijo, según citó la agencia Efe, son “la violencia de los grupos armados vinculados con el narcotráfico, las amenazas y asesinatos de excombatientes, líderes sociales y defensores de derechos humanos”.

Sin embargo, el funcionario lusitano señaló que la implementación del acuerdo fue pensada como un proceso de unos 15 años, y afirmó que “los desafíos son parte de los procesos de paz”. Guterres agregó: “Hay muchos temas sobre los cuales se puede y debe estar en desacuerdo en una democracia, pero la paz no puede ser uno de ellos”.

A su vez, Londoño manifestó: “Para lograr la paz los colombianos necesitamos reconciliarnos, pero la estigmatización no ayuda nada. Si no nos reconciliamos, vamos a tener muchos obstáculos en esta construcción de paz”. El ex jefe guerrillero declaró: “Insistimos en pedir perdón a las víctimas de nuestras acciones durante el conflicto. La comprensión de su dolor crece a diario en nosotros y nos llena de aflicción y de vergüenza”.

Manifestó también que los últimos años “no han sido fáciles” por “los constantes ataques al acuerdo de paz y la falta de voluntad del Estado para su implementación integral”, pero continuó: “Aún así manifestamos que nada ni nadie podrá minar nuestra convicción de que el camino emprendido es el correcto”.

Listas negras

El aniversario del acuerdo de paz coincide con la decisión del gobierno de Estados Unidos de retirar a las FARC de su lista de grupos terroristas. Según fuentes del Ejecutivo y el Legislativo citadas por medios estadounidenses y agencias internacionales, el gobierno de Joe Biden notificó al Congreso de esta decisión.

El portavoz del departamento de Estado, Ned Price, dijo en conferencia de prensa que se notificaron “acciones” relativas a las FARC, aunque sin dar más detalles. También afirmó que Washington está decidido a trabajar con el gobierno de Colombia para apoyar el acuerdo de paz.

Antes que Estados Unidos, en 2017, la Unión Europea ya había excluido a las FARC de su lista de organizaciones terroristas, pero Washington no lo hizo, aludiendo a que todavía existía el peligro de grupos disidentes de esa guerrilla que no se plegaron al proceso de paz. Según fuentes de la agencia AP, la administración Biden podría excluir a las FARC de su lista pero mantener en ella a algunos dirigentes como Iván Márquez o Gentil Duarte, que desconocen los acuerdos.

Según recordó la agencia Efe, las FARC se encuentran en esa lista negra desde 1997. Esto implica que sus integrantes tienen prohibida la entrada a Estados Unidos y encuentran dificultades para acceder al sistema financiero internacional.

La violencia y la salida

En el antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de Llano Grande, ubicado en Dabeiba, en el departamento de Antioquia, en el noreste del país, uno de los más afectados por el conflicto armado, Guterres y Duque firmaron un convenio para la construcción de viviendas para exguerrilleros en la localidad de Ituango, donde la violencia de distintos grupos armados causó el desplazamiento de unos 4.000 habitantes. Allí operan grupos disidentes de las FARC y también las Autodefensas Gaitanistas de Colombia.

El sábado, excombatientes de las FARC denunciaron una situación similar en los Llanos del Yarí, en el departamento de Meta, en una zona de reincorporación de guerrilleros. “Grupos armados han generado desplazamiento de 106 familias, 64 niños, 15 personas con discapacidad y 15 adultos mayores del colectivo en reincorporación Urías Rondón. Urge el acompañamiento humanitario a los firmantes de paz. Su vida está en grave riesgo”, dijo Londoño.

En los Llanos del Yarí se desarrolló en 2016 la décima conferencia de las FARC, en la que los integrantes de la guerrilla definieron el proceso del cese de la lucha armada y el comienzo de su actividad política. Hoy las FARC lideran el partido Comunes, que originalmente se llamó Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, para mantener la sigla FARC, y tienen representación en el Congreso colombiano.

ELN y el acuerdo pendiente

El expresidente colombiano Juan Manuel Santos, que fue responsable del proceso de paz con las FARC y que también inició durante su gobierno negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), dijo este miércoles que el actual gobernante, Iván Duque, está explorando las posibilidades de reiniciar el diálogo con esta guerrilla. Al participar en el acto por el aniversario del acuerdo de paz afirmó: “Tengo entendido que el presidente también está explorando caminos para reanudar conversaciones de paz con el ELN, eso nos llena de esperanza. En ese esfuerzo encontrará todo nuestro apoyo y, estoy seguro, el de Naciones Unidas y de la comunidad internacional”.