El enviado especial del Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas para Yemen, el sueco Hans Grundberg, dijo en una conferencia de prensa que la reciente escalada militar en ese país es “una de las peores” que han ocurrido en años y está poniendo en mayor peligro a la población civil.
Desde 2014 el país, situado en el sur de la península Arábiga, está envuelto en una cruenta guerra que enfrenta a los rebeldes hutíes –fuerzas en las que predomina la población chií, aunque también hay suníes– con las fuerzas del gobierno central. En 2015 los rebeldes lograron tomar la capital del país, Saná, y desde ese momento el gobierno desplazó su capital a Adén, la segunda ciudad más importante del país. En el conflicto también participan varios países de la región, fundamentalmente una coalición de países árabes, liderada por Arabia Saudita, que apoya al gobierno de Adén, además de Al Qaeda, Estado Islámico y otros grupos radicales que dominan pequeñas partes del país. En total, de acuerdo a la ONU, ya son alrededor de 380.000 las personas muertas desde que comenzó el conflicto, que además generó la peor crisis mundial humanitaria de la actualidad.
Grundberg señaló que los recientes ataques aéreos en Saná provocaron la muerte de civiles y daños a zonas residenciales e infraestructura que nada tiene que ver con los combatientes.
Según informó el portal oficial de la ONU, el enviado especial de la entidad también expresó su preocupación por las embestidas continuas de las fuerzas saudíes. “Cualquier ataque contra los civiles y los bienes de carácter civil, así como los ataques indiscriminados por parte de cualquier actor, constituye una violación flagrante del derecho internacional humanitario y debe cesar de inmediato”, subrayó Grundberg.
El diplomático advirtió que la escalada socava las perspectivas de un acuerdo político sostenible e hizo hincapié en que las violaciones a las leyes humanitarias y derechos humanos no pueden continuar impunemente.
Paralelamente, el diplomático nórdico destacó el deterioro de la situación humanitaria y dijo que 2021 está terminando de manera trágica para millones de yemeníes que “están luchando contra la pobreza, el hambre y las restricciones enormes a su libertad de movimiento”.
En este sentido, reiteró el llamamiento de la ONU a abrir el aeropuerto de Saná y a eliminar los obstáculos a la libertad de la población de moverse dentro de las provincias o entre ellas.
Grundberg agregó que está dispuesto a trabajar con las partes involucradas en el conflicto para encontrar soluciones inmediatas que permitan atender las necesidades humanitarias más urgentes, además de impulsar un proceso político para lograr un acuerdo de paz, algo que actualmente parece muy lejano.