El presidente de Rusia, Vladimir Putin, mantuvo el miércoles una reunión por videoconferencia con su par chino, Xi Jinping, en la que le confirmó que viajará a China en febrero para estar presente en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín, en medio del boicot diplomático a este evento encabezado por Estados Unidos.

La reunión entre los dos líderes, los más importantes del mundo no occidental, sirvió como una muestra de unión geopolítica ante las tensiones existentes con los gobiernos de Estados Unidos y algunos países europeos. En el boicot a los Juegos de Invierno también participarán otros aliados estadounidenses, entre ellos Canadá, Reino Unido y Australia. Vale aclarar que este boicot será exclusivamente diplomático y no deportivo, como sí lo fueron los realizados en los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980, al que no asistieron Estados Unidos y muchos países que estaban bajo su influencia y en la siguiente edición, en 1984 en Los Ángeles, a los que, en respuesta, la Unión Soviética y buena parte de los países que estaban bajo su órbita tampoco enviaron atletas.

Xi le dijo a Putin que espera “con impaciencia” su reunión durante el evento deportivo, al tiempo que el político ruso sostuvo que no tiene “ninguna duda de que los próximos Juegos Olímpicos de Invierno se celebrarán al más alto nivel” porque “en China saben hacer bien las cosas”.

El boicot fue promovido por el gobierno estadounidense, luego de que la portavoz de la Presidencia, Jen Psaki, anunciara que Estados Unidos no enviaría una representación diplomática a los Juegos de Pekín por las denuncias de “genocidio y crímenes contra la humanidad que persisten en Xinjiang, así como otros abusos de derechos humanos”.

Desde hace largo tiempo, el gobierno chino está siendo acusado de perpetrar una matanza contra la etnia uigur y otras minorías musulmanas que residen mayormente en esa zona del país.

Justamente este miércoles el Congreso estadounidense aprobó un proyecto de ley que prohíbe las importaciones al país provenientes de Xinjiang, a menos que las empresas que allí están instaladas puedan demostrar que los productos que fabrican no se hacen con trabajo forzoso.

En declaraciones recogidas por la cadena Bloomberg, la presidenta del Congreso, la demócrata Nancy Pelosi, afirmó que “el genocidio en curso perpetrado por el gobierno chino contra el pueblo uigur y otras minorías musulmanas es un desafío para la conciencia del mundo entero”. El proyecto incluye la elaboración de una lista de empresas que presuntamente están colaborando con el gobierno chino en la represión a los uigures.

Intereses comunes

Durante la reunión virtual, Xi le dijo a Putin que Rusia y China deberían colaborar para “salvaguardar eficazmente los intereses de seguridad de ambas partes”. En este sentido, según indicó el portavoz del Kremlin, Yuri Ushakov, a la prensa en Moscú luego de la reunión, plantearon conformar una “infraestructura financiera independiente” de los bancos occidentales, en la que también se podría incluir a India. El planteo fue realizado una semana después del viaje de Putin a Nueva Delhi para reunirse con el primer ministro de ese país, Narendra Modi.

En declaraciones que fueron recogidas por la televisión rusa, Putin dijo que con Xi Jinping se conformó “un nuevo modelo de cooperación entre nuestros países”, que se basa en “la no injerencia en los asuntos internos y el respeto por los intereses de los demás”.

Si la reunión fue importante para China por los Juegos Olímpicos de Invierno, para Rusia lo fue por el conflicto con Ucrania, ya que el presidente chino apoyó abiertamente a Rusia en este tema.

La semana pasada, la representante de Estados Unidos para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, Karen Donfried, viajó a Moscú, donde recibió una propuesta que incluía una serie de planteos rusos para tranquilizar la situación en la frontera con Ucrania. Según informó Ushakov, las demandas del gobierno ruso implican que los países de Occidente retiren el apoyo militar a los ucranianos y las intenciones de incorporar a este país a la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

Xi Jinping mencionó que “ciertas fuerzas internacionales, bajo el disfraz de ‘democracia’ y ‘derechos humanos’, están interfiriendo en los asuntos internos de China y Rusia”. En este sentido, también consideró que “si un país es democrático” es algo que “sólo puede ser juzgado por su propia gente”.