A seis meses de instalada la Convención Constitucional chilena terminó ayer el mandato de Elisa Loncon como su presidenta y de Jaime Bassa como vicepresidente. Loncon y Bassa se despidieron e hicieron su balance de esta primera etapa de trabajo. “Hemos escuchado y dialogado, hemos aprendido y enseñado, estamos elaborando una nueva forma de democracia para nuestro país, y nuestros esfuerzos, los de todos y de todas ustedes, están siendo observados por el mundo”, dijo Loncon.

La constituyente mapuche, que ahora vuelve a ocupar su escaño, se refirió al lugar que ocupan en la convención los pueblos originarios de Chile, al “hecho de que los pueblos indígenas podemos gobernar y gobernarnos”, dijo. “Esta presidencia ha dado muestra de que podemos hacernos cargo y dirigir los grandes temas del país. [...] Somos culturas vivas, somos lenguas diversas y no dialecto, como dicen aquellos que quieren negarnos”, manifestó, según citó el diario La Tercera.

Loncon agregó: “El diálogo entre los pueblos es el único camino que tenemos para solucionar nuestros conflictos históricos”. En ese sentido, llamó a buscar una salida dialogada a los problemas del pueblo mapuche, y a “instalar la autonomía y la libre determinación” de los pueblos “través de una nueva Constitución plurinacional”. Afirmó: “Hay una cultura patriarcal fundada en la violencia y en el conflicto que debemos superar”.

“Nos quedan seis meses, sigamos escuchándonos, dialogando y profundizando en la democracia, en este hermoso camino en que nos ha tocado estar para escribir esta nueva Constitución, una nueva guía de ruta para la sociedad plural y digna que viene emergiendo”, dijo ayer Loncon.

En cuanto al camino recorrido hasta ahora, cuestionó que “el gobierno saliente fue poco colaborador, sobre todo en los primeros meses”, cuando incluso se debieron suspender sesiones porque no se contaba con las condiciones para mantener una distancia recomendada en pandemia. “Al principio no teníamos nada, pero lo logramos”, agregó.

A su vez, Bassa, convencional por el Frente Amplio, también destacó que se empezó de cero a instalar la Convención Constitucional, y dijo que esta “no es una institucionalidad cualquiera” sino una que representa “una forma de poder que, hasta ahora, no se había ejercido en el país”. Destacó que dentro de la convención se generaron “las condiciones para construir gracias a la diversidad y no a pesar de la diversidad”. La convención se destacó por ser paritaria y con escaños reservados para los pueblos originarios, a diferencia de otros espacios del Estado.

Bassa destacó que la convención es “por lejos el espacio más representativo que hemos tenido en la historia de Chile” y llamó a aprovecharlo porque, dijo, “hay mucho pueblo detrás nuestro esperando una representación real, eficaz y efectiva”.

“El proceso de reivindicación social es también el proceso del reparto de las cosas de una manera distinta, es la reivindicación de distribuir el poder de manera distinta”, dijo Bassa, y consideró que para eso se “requiere también redistribución del poder económico, político y social que se acumula de manera bastante arbitraria en la sociedad chilena”. Llamó a no caer “en la tentación, especialmente las élites, de ningunear las palabras nuevas que hemos escuchado en este tiempo, porque todas esas voces que se han levantado vienen de sectores que han sido históricamente postergados”.

Desde el 18 de octubre, cuando se cumplieron dos años del estallido social en Chile, la convención terminó la etapa de debate sobre procedimientos y comenzó la discusión de fondo sobre los contenidos que deberá tener la nueva constitución. Es en esta etapa que asumen las nuevas autoridades que sustituyan a Loncon y Bassa, que tendrán que conducir también la tarea de redacción del texto constitutucional.

“Qué honor y qué responsabilidad tenemos en nuestras manos, queridos colegas, queridos y queridas convencionales”, dijo Loncon. “Es un imperativo que estemos a la altura de los tiempos, debemos trabajar arduamente para intentar sanar las cicatrices de Chile. Hagamos este trabajo desde la razón, pero también conmovámonos, trabajemos desde la ternura y desde el pensar”.

La elección para reemplazar a Loncon y Bassa en sus cargos tomó varias rondas de votación. Pese a las negociaciones entre las fuerzas que integran la convención, en las primeras cinco votaciones ningún candidato alcanzó el número de 78 votos que se necesitaban para que un convencional fuera electo presidente. En busca de consenso, la candidata más votada en primera vuelta, la socialista Ramona Reyes, declinó su candidatura en la segunda. Anoche los convencionales seguían sesionando.