El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, se vio obligado a pedir disculpas este miércoles tras el escándalo que generaron los diferentes trabajos periodísticos que comprobaron su presencia en la fiesta organizada en su residencia oficial en Downing Street, en pleno confinamiento, el 20 de mayo del año pasado. Ante el Parlamento, Johnson expresó: “Quiero pedir disculpas. Sé de los extraordinarios sacrificios que millones de personas han hecho en los últimos 18 meses. Soy consciente de la rabia que sienten hacia mí y hacia mi gobierno cuando piensan que las reglas no se cumplieron en Downing Street”.
Según las investigaciones periodísticas, unas 100 personas fueron invitadas a esa fiesta en el jardín de la residencia oficial del primer ministro, y entre 30 y 40 asistieron. Cuando se supo la información, el mandatario negó rotundamente su participación; sin embargo, testigos del evento dijeron a la BBC que Johnson y su esposa estaban en la fiesta, que se hizo para agradecer el trabajo de los funcionarios públicos.
De todas formas, Johnson matizó su presencia en el evento. Aseguró que fue “sólo durante 25 minutos” y que pensó que se trataba de una “reunión de trabajo”, algo que estaba permitido dentro de las excepciones a las normas de distanciamiento social. “Desde la perspectiva actual, creo que debí haber pedido a todos que volvieran adentro. Debí haber encontrado otro modo de darles las gracias. Debí haberme dado cuenta de que, aunque técnicamente se estaban cumpliendo las recomendaciones oficiales, millones de personas serían incapaces de verlo de ese modo”, dijo el mandatario en declaraciones recogidas por el periódico español El País.
Ante este panorama, los miembros de su Partido Conservador, que se habían mostrado muy disgustados con la actitud del mandatario, decidieron guardar silencio. No así los parlamentarios del Partido Laborista, que ante los argumentos de Jonhson exigieron su renuncia. “Su defensa ha sido que no sabía que estaba en medio de una fiesta”, afirmó el líder laborista, Keir Starmer. “Es algo tan ridículo que resulta ofensivo para los ciudadanos británicos. Se acabó la fiesta, primer ministro. La única duda que queda por resolver es si lo acabará echando la ciudadanía británica, su propio partido, o si hará usted mismo lo único decente que puede hacer y dimitirá”, dijo desde su tribuna durante la sesión.
La reunión del miércoles 20 de mayo indignó a la población porque en esa fecha aún regían medidas de confinamiento muy severas; los ciudadanos sólo podían pasar tiempo al aire libre con sus convivientes o con una sola persona de otro hogar. Recién 12 días después, el 1º de junio, se flexibilizó el protocolo para permitir que grupos de hasta seis personas se reunieran en espacios abiertos.
El caso salió a la luz la semana pasada en un blog de Dominic Cummings, exasesor del primer ministro, y el canal ITV News publicó la invitación completa por correo electrónico enviada en nombre del principal secretario privado de Johnson, Martin Reynolds.
En el asunto del mail se leía “¡Copas con distancia social! [OFICIAL-SENSIBLE-Nº 10 SOLAMENTE]” y la invitación decía: “Después de un período de mucho trabajo, pensamos que estaría bien aprovechar este tiempo tan maravilloso y tomar unas copas, con la distancia social debida, en el jardín del número 10 [de Downing Street] esta tarde. Por favor, únanse a partir de las seis de la tarde, y ¡traigan su propio alcohol!”, según publicó este miércoles la cadena BBC.