El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el uruguayo Luis Almagro, enfrenta una investigación interna por mantener una relación con una funcionaria mexicana de la OEA, identificada como Marián Vidaurri, parte de la “mesa chica” del excanciller uruguayo.
Si bien la investigación interna comenzó en julio de este año y tomó conocimiento público este viernes a raíz de un artículo de la agencia Associated Press (AP), Vidaurri aparece mencionada en el libro Luis Almagro no pide perdón, publicado en 2020, como pareja del secretario general.
En el libro de los periodistas Gonzalo Ferreira y Martín Natalevich se da cuenta de que Vidaurri trabajaba como técnica en la Secretaría de Fortalecimiento para la Democracia y que, si bien se habían cruzado, fue en un viaje a Filadelfia cuando llegaron a conocerse. “Esto fue un viernes, y el lunes me llamó a su oficina y me dijo: ‘Vente a trabajar conmigo’”, cuenta Vidaurri.
Según el texto, la “vida laboral y sentimental” de Almagro “estuvieron ligadas siempre, tanto con amigos como con parejas”, y detalla que “el diplomático se casó dos veces: con Eloísa Legnani y Marianne Birkholtz. Y ahora está en una relación con Vidaurri. A las tres las conoció en el ámbito laboral”.
“El sexo femenino ha tenido una fuerza muy importante. Un motor muy importante”, declaró Almagro a los autores del libro, y citó al exfutbolista y actual entrenador Juan Ramón Carrasco: “Le preguntaron cuándo había jugado mejor, y contestó: ‘Cuando tenía novia nueva’”. “Siempre fui más de sentir cosas y actuar en consecuencia. Lo que te ilumina la vida la sonrisa de una mujer... Wow”, añadió.
“Dejé pedazos de cuero en el alambrado. Dejé carne en el alambrado. Me hubiera gustado tener algo más estabilizado desde el principio y haber tenido todas esas variables personales mucho más tranquilas. Creo que hubiera sido mejor en muchos sentidos. Quizás no. No lo sé”, es otra de las citas que se desprenden del libro.
Asimismo, en el mismo libro, Vidaurri declaró que su relación con Almagro “fue y es una conexión en todas las dimensiones. Muy profunda y muy intensa”, y bromeó sobre su diferencia de edad: “Le digo siempre: ‘Yo soy más inteligente porque me costó nada más que treinta y ocho años conocerte, a ti te costó como cincuenta y pico’”, al tiempo que Almagro citó otra frase, ahora de Rubén Darío: “Con el cabello gris me acerco a los rosales del jardín”.