Mientras los cortes de ruta y las protestas frente a cuarteles militares protagonizadas por seguidores del presidente Jair Bolsonaro perdieron mucha fuerza y se convirtieron en actos marginales, este jueves comenzó oficialmente la transición entre el actual gobierno y el que asumirá el 1º de enero del año que viene.

Ciro Nogueira –ministro de la Casa Civil, un cargo que se asemeja mucho a lo que en otros países realizan los jefes de Gabinete– recibió en el Palacio de Planalto, en Brasilia, al vicepresidente electo, Geraldo Alckmin; a la presidenta nacional del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann; y al exministro Aloizio Mercadante. También participó en la reunión el ministro de la Secretaría General, Luiz Eduardo Ramos. “La conversación fue muy fructífera, muy objetiva. La transición ya comenzó”, dijo Alckmin, en una conferencia de prensa que brindó en el lugar tras la reunión.

El futuro vicepresidente, quien fue designado por Luiz Inácio Lula da Silva para comandar el equipo de transición, visitará el viernes junto a Hoffmann y Mercadante, quienes estuvieron al frente de la campaña del PT, el Centro Cultural Banco do Brasil, donde a partir del lunes funcionará la oficina de transición, de acuerdo a lo que informó el portal Metrópoles.

Antes de esta reunión en el Palacio de Planalto, Alckmin se reunió con el relator general del presupuesto, el senador Marcelo Castro, integrante del centroderechista Movimiento Democrático Brasileño, el sector que lidera la excandidata a la presidencia Simone Tebet, quien apoyó a Lula en la segunda vuelta. Durante el encuentro, Alckmin y los otros integrantes del PT que los acompañaron plantearon la elaboración de una Propuesta de Reforma a la Constitución Transitoria (PEC). La idea de esta iniciativa es que el año que viene puedan cubrirse algunos gastos que no están dentro del presupuesto ya fijado. La expectativa del PT es que la aprobación de esta iniciativa permita financiar, entre otras cosas, el pago del programa social Bolsa Familia, que actualmente asigna a sus beneficiarios 600 reales mensuales (algo menos de 5.000 pesos uruguayos).

La idea del equipo del PT es comenzar la transición con un enfoque en el acceso a los datos del gobierno federal, para luego pasar a la fase de la designación de los integrantes del futuro gabinete ministerial. Este tema es de especial importancia para el futuro gobierno, que deberá articular con otros partidos una alianza que le permita tener cierto poder de maniobra en el Congreso, que luego de las elecciones quedó marcadamente inclinado hacia la derecha, con una fuerte presencia de legisladores afines a Bolsonaro.

Dentro de la estrategia puesta en marcha para la transición está la disminución de los duelos retóricos con los rivales políticos.

En este sentido, el jueves, antes de retirarse del Palacio de Planalto, medios brasileños informaron que Alckmin mantuvo un breve encuentro con Bolsonaro, quien lo felicitó por el triunfo electoral y le manifestó su intención de colaborar con el proceso de transición. El hecho fue significativo, ya que no estaba programado, sino que el presidente, al saber que estaba el vicepresidente electo en el lugar, pidió que lo llamaran para conversar personalmente con él.

“Fue positivo. El presidente nos invitó. Ya nos íbamos y [él] reiteró lo dicho por el ministro Ciro Nogueira y el ministro general [Luiz Eduardo] Ramos sobre la disposición del gobierno federal de brindar toda la información, las colaboraciones, para que haya una transición guiada por el interés público”, contó Alckmin sobre su encuentro con Bolsonaro, informó Folha de São Paulo.

Mientras su equipo de transición ya comenzó a trabajar, Lula sigue en una playa del estado de Bahía, donde se tomó unos días de descanso luego de la intensa campaña electoral junto a su esposa, la socióloga Rosângela Silva, más conocida por su apodo Janja.

Fuentes del PT informaron que Lula llegará el lunes a Brasilia para iniciar una ronda de reuniones. Se estima que el martes el líder del PT, de 77 años, se reunirá con la ministra Rosa Weber, la presidenta del Supremo Tribunal Federal, y también con el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, quien pertenece al centroderechista Partido Social Democrático, uno de los sectores con los que deberá articular el PT para poder tenerlo como eventual aliado en el Legislativo. También se prevé que Lula se reúna con el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, integrante del sector derechista Progresistas.