La guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) manifestó que su objetivo en el diálogo de paz con el gobierno de Colombia es lograr un cambio estructural en su país. “Nosotros aprovechamos para dejar constancia de que el ELN no pide nada [...]. Porque algunos nos han dicho ‘cuántas curules [bancas] quiere en el Congreso’ y nosotros no las necesitamos”, dijo el número dos de la guerrilla, Israel Ramírez Pineda, alias Pablo Beltrán, que encabeza las negociaciones que se están desarrollando desde el lunes en Caracas, la capital venezolana, entre una delegación del ELN y otra del gobierno de Gustavo Petro.

Según informó la agencia Europa Press, Beltrán dijo que el ELN considera que “esta mesa de negociación debe ser un instrumento de cambio” en Colombia. “La labor que tenemos es de reconciliación, de volver a encontrar los puntos comunes, de construir una nación en paz y equidad”, dijo el dirigente guerrillero. Agregó que estas negociaciones no son “un trueque de favores”, sino que el “problema es Colombia” y los problemas de su población, como las altas tasas de pobreza.

“Los cambios no son automáticos, pero todos debemos tener un compromiso de cambio, en ese sentido nos hacemos presentes en Venezuela con un ideal: los colombianos no podemos vernos como enemigos”, dijo Beltrán.

También los países que actúan como garantes de las negociaciones, Cuba, Noruega y Venezuela, manifestaron sus expectativas de que este diálogo tenga resultados. En un comunicado que firmaron junto a la iglesia católica colombiana y las Naciones Unidas, entidades que fueron invitadas al diálogo, los tres países señalaron que ven con “esperanza” este proceso, que calificaron como “un paso importante para lograr la paz en Colombia”.

Por su parte, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, transmitió su expectativa de que las partes puedan aprovechar la oportunidad de “alcanzar la paz que el pueblo colombiano merece”. Su par venezolano, Nicolás Maduro, dijo que “llegó la hora de la paz, y aquí está la mano [...] del pueblo de Venezuela para decirle al presidente Petro y a Colombia [que] cuenten con nosotros para la paz total”.

A su vez, el gobierno y el ELN emitieron el lunes una declaración conjunta en la que manifiestan su acuerdo de “reanudar con plena voluntad política y ética el proceso de diálogo político”, entendido como un reclamo “de los territorios rurales y urbanos que padecen la violencia y la exclusión”, según citó la agencia Efe.

Dos partes

La delegación del ELN está encabezada por Beltrán y compuesta en total por una quincena de representantes de la guerrilla. En nombre del gobierno, como vocero de la delegación oficial, el lunes habló el Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda, quien dijo que encuentra indicios de “sintonía con la delegación de paz del ELN”. Manifestó que el diálogo tiene que ver con “asuntos importantes para el país”, que incluyen “transformaciones concretas en lo territorial”, así como “retos concretos frente a los asuntos sociales y ambientales”. Rueda se declaró convencido de que será posible “lograr el propósito” que lleve a “superar dinámicas de muertes”.

Además de contar con Rueda, la delegación del gobierno está encabezada por Otty Patiño, un exguerrillero del Movimiento 19 de abril (M-19), que negoció con dos administraciones antes de que esa organización se desmovilizara: la de Belisario Betancur y la de Virgilio Barco. Después de esas negociaciones, Patiño fue representante del partido político Alianza Democrática M-19 en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991.

Otros enviados del gobierno son los senadores Iván Cepeda y María José Pizarro, dos figuras cercanas a Petro, y el dirigente de la Federación de Ganaderos de Colombia, José Félix Lafaurie, una figura afín al uribismo. “Voy a participar en la mesa de negociación, tratando de hacer mi mejor esfuerzo para que esta cosa salga lo mejor posible”, dijo Lafaurie al diario El Espectador de Bogotá.

A ellos se suman varios líderes sociales y dos militares retirados: el coronel Álvaro Matallana y el almirante Orlando Romero, que ya participó en el diálogo con las FARC.

Las negociaciones de paz con el ELN comenzaron durante el gobierno de Juan Manuel Santos, en 2017, pero fueron suspendidas y luego interrumpidas definitivamente en la administración de Iván Duque, en 2018. Con la política de “paz total” de Petro, fueron retomadas esta semana.