Después de tres meses de negociaciones, los partidos políticos de Chile anunciaron un acuerdo para avanzar en el proceso constituyente. El presidente de la cámara alta, Álvaro Elizalde (Partido Socialista), y el de la cámara baja, Vlado Mirosevic (Partido Liberal), informaron al respecto luego de firmar el documento denominado “Acuerdo por Chile”.
Se trata de una solución negociada entre las posiciones del oficialismo, que defendía que la Constitución fuera redactada por un órgano electo en su totalidad por la ciudadanía, y la oposición, que reclamaba que estuviera a cargo de esa tarea un comité de expertos designado por el Congreso.
Finalmente, se acordó la creación de un Consejo Constitucional paritario integrado por 50 personas elegidas por votación directa, que se encargará de discutir y aprobar la propuesta de texto. Este órgano contará con participación indígena, aunque todavía no se estableció el número de bancas reservadas a los pueblos originarios.
También se creará una Comisión Experta conformada por 24 académicos elegidos por el Congreso –12 por la Cámara de Diputados y 12 por el Senado–. Esta comisión, que también será paritaria, redactará un anteproyecto que servirá como base para la redacción de la Constitución “al estilo de una idea matriz”, afirma el acuerdo.
A estos dos órganos, se agrega un Comité Técnico de Admisibilidad, integrado por 14 juristas elegidos por el Senado, que revisará las normas aprobadas. Una vez que se llegue al texto final, la propuesta será sometida a referéndum para que la ciudadanía la ratifique o la rechace. Esa instancia, con voto obligatorio, está prevista para el 26 de noviembre del año que viene. La anterior propuesta de Constitución fue rechazada en una consulta similar, el 4 de setiembre.
“Agradezco la responsabilidad de los actores de este diálogo, pues hoy se inicia el camino para avanzar en una Constitución nacida en democracia”, dijo Elizalde. “Tenemos que aprender con humildad de las lecciones de nuestra historia y hoy se ha suscrito el ‘Acuerdo por Chile’ por un número significativo de las fuerzas políticas que habilita el nuevo proceso constituyente”, agregó. A su vez, Mirosevic afirmó: “Hemos tomado todos los resguardos para no cometer los errores del pasado y para que este proceso funcione bien”.
El acuerdo contiene bases del nuevo texto constitucional que incluyen la definición de Chile como un Estado unitario, el Estado social y democrático de derecho, y el reconocimiento de los pueblos indígenas dentro de “la nación chilena”, entre otros puntos, informó la agencia Efe.
Este acuerdo deberá ser aprobado como un proyecto de ley en el Congreso y necesitará el voto de cuatro séptimos de los parlamentarios, la misma mayoría que se exige para normas que reforman la Constitución. Cuenta con el apoyo de la mayoría de los sectores políticos, con las excepciones del ultraderechista Partido Republicano y el derechista Partido de la Gente.
El presidente chileno, Gabril Boric, dijo días atrás que era “preferible un acuerdo imperfecto que no tener acuerdo”. Señaló que “para la actual oposición es importante tener una convención mixta, en donde existan expertos designados por el Congreso”, aunque eso no era lo que al oficialismo le “gustaría”, pero abogó por conciliar las posiciones y llamó a los partidos políticos a llegar a un acuerdo esta semana.
También la expresidenta Michelle Bachelet había motivado a buscar un acuerdo e impulsar el proceso constitucional. “Con sobriedad. Con generosidad. La unidad se construye en torno a propósitos fundamentales”, dijo, y llamó a dejar de lado los egos.
Luego de que se alcanzara este acuerdo, Boric afirmó: “El pueblo de Chile nos ha dado una segunda oportunidad y tenemos el deber de estar a la altura, aprendiendo de las experiencias recientes”. “Valoro el acuerdo al que se ha llegado”, dijo, y manifestó su confianza “en la buena fe para arribar a acuerdos” también durante la redacción de la nueva constitución.
“Respetando la diversidad del país hemos logrado un acuerdo necesario y, espero, decisivo para avanzar en un nuevo pacto social y en una mejor democracia, con más libertades y derechos sociales”, expresó el mandatario y dijo que su gobierno tendrá “un rol de colaboración y facilitación” de este proceso. “Tenemos que demostrar que la política sigue valiendo la pena, que la democracia es la manera de resolver nuestras diferencias”, puntualizó.