A los 66 años, la exguerrillera Dora María Téllez, una figura clave de la revolución sandinista de Nicaragua, fue condenada por la Justicia de su país por delitos de conspiración y menoscabo a la integridad nacional. Tras ser declarada culpable, deberá esperar la resolución definitiva, con un pedido de 15 años de cárcel más la inhabilitación para ejercer cargos públicos por parte de la Fiscalía.

Téllez había sido detenida a mediados de junio de 2021, en medio de una de las tantas olas de detenciones a opositores al régimen de Daniel Ortega que se produjeron antes de las elecciones presidenciales de noviembre, en las que Ortega ganó con siete candidatos encarcelados y que fueron cuestionadas por la falta de garantías o libertades y consideradas ilegítimas por organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea, la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Organización de Estados Americanos (OEA).

Junto a Téllez fue detenida la activista Ana Vijil, que el pasado miércoles también fue condenada, por el mismo delito que a la exguerrillera. Ambas formaban parte de la Unión Democrática Renovadora (Unamos), el partido político que sucedió al Movimiento de Renovación Sandinista, fundado a mediados de los años 90 producto de una escisión del Frente Sandinista de Liberación Nacional liderado por Ortega.

Luego de ser declarada culpable, Vijil tuvo que firmar un acta de culpabilidad. Debajo de su nombre, escribió el mensaje “soy presa política”, según informó El País de Madrid.

El periodista nicaragüense exiliado en Costa Rica Elmer Rivas dijo a la diaria que la condena a Téllez “no hace más que convencer a los sandinistas no orteguistas” para quitar su apoyo al mandatario, y que plantea un escenario que requiere “la unidad de todos los sectores de la población alrededor de una propuesta de salida a la crisis nacional”.

Rivas señaló que la prisión de la exguerrillera es “una venganza política de Daniel Ortega y Rosario Murillo, por ser una figura muy crítica, y destacó que la líder política fue “muy importante en la lucha armada para derrocar al dictador Anastasio Somoza en 1979”, llegando a tener “mayor participación que Ortega en el campo de batalla”.

Téllez “no estaba aspirando a ningún cargo político. Fue arrestada por representar una voz disidente importante”, explicó el periodista del medio Confidencial, quien consideró que el arresto de la exguerrillera “retrata la degradación por poder de Daniel Ortega, que se convirtió en un dictador igual o peor que Somoza, que ahora encarcela a sandinistas disidentes que cuestionan su caudillismo y las violaciones a los derechos humanos”.

Juicios a opositores

Las condenas contra Téllez y Vijil se producen en medio de un ciclo de 47 juicios programados contra presos políticos que fueron detenidos previo a las elecciones. La audiencia se llevó a cabo a puertas cerradas en la cárcel de El Chipote, donde se encuentran encerradas. Los familiares de Téllez, que han denunciado que la exguerrillera fue sometida a torturas durante su reclusión, no pudieron ingresar al juicio. Sólo pudieron acceder sus abogados, a quienes les quitaron los dispositivos de comunicación previo al ingreso.

Según los familiares, el hermetismo en las audiencias es para evitar que se filtren imágenes del deterioro físico que atraviesan los presos políticos del gobierno de Ortega.

Antes que estas dos mujeres, esta semana fueron condenados por conspiración los activistas Yader Parajón, Yaser Vado González y Alexis Peralta.

Lesther Alemán, líder estudiantil de 24 años que en 2018 se cruzó con Ortega en una mesa de diálogo y le reclamó que pusiera fin a la represión contra manifestantes, fue condenado el mismo día que Téllez.

Boric: “Una vergüenza”

El presidente electo de Chile, le izquierdista Gabriel Boric, calificó de “vergüenza” la condena a Téllez a través de su cuenta de Twitter. Cuando la exguerrillera fue detenida a mediados de 2021, también le había manifestado su apoyo, afirmando que su único delito fue “discrepar del gobierno autócrata/familiar de Ortega”.

La crónica de García Márquez

Cuando la revolución sandinista atacó el Palacio Nacional de Managua en 1978 para derrocar a la dictadura somocista, en el poder desde la década del 30, el escritor colombiano Gabriel García Márquez publicó una crónica sobre ese evento.

Allí dedicó un párrafo a Dora Téllez, a quien entrevistó. “La número ‘Dos’, única mujer del comando, es Dora María Téllez, de 22 años, una muchacha muy bella, tímida y absorta, con una inteligencia y un buen juicio que le habrían servido para cualquier cosa grande en la vida. También ella estudió tres años de medicina en León. ‘Pero desistí por frustración’, dice. ‘Era muy triste curar niños desnutridos con tanto trabajo, para que tres meses después volvieran al hospital en peor estado de desnutrición’. Procede del Frente Guerrillero del Norte ‘Carlos Fonseca Amador’. Desde enero de 1976 vivía en la clandestinidad”.

A lo largo de la crónica, García Márquez relata cómo La Dos irrumpió junto a Edén Pastora, Cero, encabezando la carga en el Palacio. En ese asalto, Téllez tuvo la misión de liderar al comando que debía cubrir a los guerrilleros encabezados por Pastora, que iban a ingresar al Salón Azul a detener a los diputados liberales y conservadores que apoyaban la dictadura. Luego, estuvo a cargo de las negociaciones para abandonar el recinto.