La Organización de Estados Americanos (OEA) culminó este viernes a última hora su Asamblea General, en la que participaron los cancilleres de los países miembro. Si bien había varios temas en la agenda, como el cuidado del medio ambiente en un encuentro que se hizo en paralelo a la COP26 y la elección de los nuevos integrantes de la Corte y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, toda la atención estaba en qué posición adoptaría el bloque respecto a las elecciones de Nicaragua que, el domingo pasado, dieron la victoria a Daniel Ortega.

De acuerdo con los resultados oficiales, Ortega fue reelecto con 76% de los votos, al cierre de un año en el que fueron detenidos más de 30 dirigentes políticos, se impidió la participación en elecciones de la principal alianza opositora y se amenazó a organizaciones sociales y empresariales.

Los resultados fueron rechazados en cadena por decenas de países desde ese mismo domingo. Estados Unidos y la Unión Europea estuvieron entre los primeros, mientras que desde la región hubo pronunciamientos contrarios por parte de Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Paraguay, Perú y Uruguay.

Por su parte, Argentina mostró “preocupación” y pidió que el gobierno de Nicaragua “vele por el respeto de los derechos humanos de toda la población”, pero no llegó a rechazar el resultado de las elecciones, a la vez que México optó por no pronunciarse.

Venezuela, Bolivia y Cuba fueron los únicos países de la región que saludaron a Nicaragua por sus elecciones y a Ortega por su victoria, junto a Rusia.

El pronunciamiento de la Asamblea General de la OEA

Ya en la previa de la Asamblea General, que comenzó el miércoles, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, llamó a los países miembro a rechazar el resultado de las elecciones como bloque.

En esa línea, fue presentado un proyecto de resolución por parte de Estados Unidos, Canadá, Uruguay, Chile, Costa Rica, Ecuador, República Dominicana y Antigua y Barbuda. La votación del documento fue la última actividad antes del cierre de la Asamblea General. Su aprobación contó con 25 votos a favor (a los impulsores se sumaron, entre otros, Brasil, Colombia, Paraguay y Perú, así como Venezuela, cuya delegación no representa al gobierno de Nicolás Maduro sino a la oposición) y uno en contra (el de la propia Nicaragua). También hubo siete abstenciones, entre ellas las de Argentina, México, Bolivia y Honduras.

La resolución solicita al órgano permanente de la OEA (el Consejo Permanente) una “evaluación colectiva inmediata” de la situación de Nicaragua a completarse “a más tardar el 30 de noviembre”. En particular se pide saber si el país está cumpliendo con la Carta Democrática Interamericana; tanto la Corte como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos han denunciado en sus últimos informes que Nicaragua no está actuando en conformidad con la carta rectora de la OEA.

Esto podría ser un primer paso hacia la suspensión en la OEA de Nicaragua, cuyo representante defendió firmemente la posición de su país, sin dar señales de que acceda a reevaluar su posición.