Con una amplia mayoría de 56 votos en 72, el Senado argentino convirtió en ley el acuerdo del gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la refinanciación de la deuda de más de 44.000 millones de dólares contraída en 2018 por el gobierno de Mauricio Macri.

La votación contó con el apoyo del macrismo pero dividió al gobernante Frente de Todos: 20 de sus senadores respaldaron el acuerdo y 13 se pronunciaron en contra. Algo similar había ocurrido en la Cámara de Diputados. “Tener diferencias no significa rupturas”, dijo María Pilatti -una senadora cercana a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner-, que votó en contra del acuerdo, informó la agencia de noticias Télam.

Los discursos del oficialismo se centraron en criticar la deuda contraída y reclamaron que la Justicia avance en la investigación al respecto, mientras que senadores de la oposición dijeron que fue necesario pedir ese préstamo debido a la situación económica que encontró el macrismo al asumir el gobierno.

Los defensores del acuerdo insistieron en que si bien este no es un motivo de festejo, los términos convenidos son los mejores que se pudieron alcanzar para evitar el default.