Cientos de miles de personas en Mariúpol, ubicada en el Donbás, en el sureste de Ucrania, enfrentan una situación humanitaria “cada vez más grave y desesperada”, afirmaron voceros de la Cruz Roja Internacional.

En dicha ciudad fuerzas ucranianas y rusas se vienen enfrentando desde hace días, con un saldo de muertos no revelado, y además con enormes consecuencias para las personas que allí están sobreviviendo, al no poder retirarse de la ciudad por la inexistencia de un corredor humanitario.

El diario inglés The Guardian citó a un representante de la Cruz Roja que afirmó que en la ciudad había empezado a haber peleas entre personas “por comida”, en tanto que muchas personas informaron que no tienen comida para sus hijos. La conquista de esta ciudad es considerada clave por el Ejército ruso, a la cual pretende para unir la península de Crimea con las repúblicas del Donbás afines a Moscú, Donetsk y Lugansk.

La ciudad está bajo fuego permanente y el bombardeo a un hospital maternal reportado el miércoles fue este jueves centro de la guerra informativa que hay entre las partes.

El Ministerio de Defensa ruso negó que sus tropas hayan atacado el hospital y dijeron que las imágenes de heridos y las acusaciones de las autoridades ucranianas forman parte de una “provocación escenificada”.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo este jueves que tres personas, incluido un niño, habían muerto en el ataque aéreo contra el hospital. Un día antes, el gobierno ucraniano informó que 17 personas, entre ellas mujeres y niños, habían resultado heridas en el ataque, vinculado a los rusos.

Antes de la declaración del Ministerio de Defensa, el jefe de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, había calificado de patética la reacción de Ucrania. El funcionario afirmó que, contrariamente a lo que dijo Kiev, el edificio atacado había estado sin pacientes durante días y había sido ocupado por soldados ucranianos.

Lavrov dijo estas palabras en la conferencia de prensa que ofreció este jueves luego de la reunión que mantuvo en la ciudad turca de Antalya con su par ucraniano, Dimitri Kuleba.

El encuentro, en el que también participó el canciller turco Mevlut Cavusoglu, no logró ningún tipo de avance y fue considerado infructuoso por ambas partes.

Kuleba dijo que había buscado un alto el fuego de 24 horas en todas las zonas de combate, así como la apertura de un corredor humanitario en Mariúpol, pero Lavrov no se comprometió con ninguna de estas dos pretensiones.

“Le hice una propuesta simple al ministro Lavrov. Le dije que podía llamar a mis ministros, autoridades y presidente en Ucrania ahora y darles cien por ciento de certeza sobre las garantías de seguridad para los corredores humanitarios”, dijo Kuleba durante la conferencia de prensa que brindó tras la reunión que duró menos de dos horas.

“Le pregunté: ‘¿puedes hacer lo mismo?’, y no respondió”, agregó Kuleba, cuyas declaraciones fueron citadas por agencias internacionales.

El cerco sobre Kiev

La capital ucraniana viene siendo cercada por las fuerzas rusas, que vienen atacando desde hace más de una semana a muchas localidades de las afueras de la capital.

La situación además es muy dura en la ciudad, que también está siendo objeto de ataques. En este contexto el alcalde de Kiev, el campeón mundial de boxeo Vitali Klitschko, dijo que la mitad de la población se había ido de la ciudad.

“Según nuestras informaciones, uno de cada dos habitantes de Kiev ha abandonado la ciudad”, expresó el alcalde a la televisión ucraniana, declaraciones que fueron recogidas por la agencia Reuters. “Cada calle, cada edificio, cada puesto de control ha sido fortificado”, agregó Klitschko.

En medio de las hostilidades, que ya llevan 15 días, existieron algunas especulaciones sobre un posible ataque nuclear ruso, pero esto fue desmentido ayer por Igor Vishnevetsky, subdirector del Departamento de No Proliferación y Control de Armas del Ministerio de Relaciones Exteriores, durante una discusión en el Valdai Club, un think tank con sede en Moscú.

“Este tipo de guerra es imposible”, dijo, y agregó que no puede ocurrir “por definición”. “Sería el fin de la civilización”, afirmó Vishnevetsky, quien destacó el hecho de que las cinco potencias nucleares (Rusia, China, Estados Unidos, Reino Unido y Francia), a pesar de las contradicciones que existen hoy, comparten la opinión de que la guerra nuclear es imposible. “Somos cinco potencias nucleares. Algunas de ellas tienen contradicciones muy serias entre ellas”, dijo Vishnevetsky. “Esto ahora se nota en medio de la crisis de Ucrania”, agregó el funcionario, de acuerdo a lo que informó la agencia oficial rusa TASS.

Estas afirmaciones fueron realizadas en el marco de las advertencias de funcionarios de Estados Unidos, que dijeron que el presidente ruso Vladimir Putin puede utilizar armas químicas y biológicas.