Cuando la ofensiva rusa sobre Ucrania ya lleva más de una semana, nada hace ver como cercana una solución al conflicto bélico, mientras la comunidad internacional trata de subsanar la crisis humanitaria que ya padece la población ucraniana.
Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas, los ucranianos que se fueron del país ya superan ampliamente el millón, lo que representa un desafío para los países que están recibiendo a dichas personas.
Pero lo más duro se está viviendo dentro de las fronteras ucranianas, donde los ataques rusos siguen produciéndose a gran escala en varios puntos del país. En Kiev la ofensiva parece haberse ralentizado en las últimas horas y si bien los ataques continúan, sobre todo en la periferia de la capital ucraniana, el Ejército ruso parece estar esperando para eventualmente dar el paso de ingresar en la ciudad. Según informan medios internacionales, la situación en la principal urbe del país es de extrema tensión y miles de personas están viviendo en carpas en forma transitoria en las estaciones del subte de la ciudad, enormes construcciones realizadas durante la era soviética, donde están seguras ante eventuales ataques aéreos rusos.
Pero la situación es bastante más grave en otras ciudades del país.
Járkov, muy cerca de la frontera rusa y la segunda ciudad más poblada de Ucrania, sigue soportando feroces bombardeos, que ya dejaron centenares de muertos. La ofensiva también es intensa en el sur, en Jersón y en el puerto de Mariúpol, y las fuerzas invasoras tienen como objetivo Odesa, el puerto más grande de Ucrania. Si cierran esa serie de incursiones con éxito, los rusos habrán logrado su objetivo estratégico de dejar a Ucrania sin salida al mar.
Las fuerzas rusas, además, están muy cerca de tomar la central nuclear de Zaporiyia, construida durante la era soviética, que es la más grande de Europa y está situada en el sureste del país, a orillas del río Dniéper. Según informó El País de Madrid, la ciudad de Energodar, cercana a la central nuclear, quedó sin luz y sin agua debido a las acciones de sabotaje rusas.
En este contexto, en la tarde de este jueves se realizó el segundo encuentro entre negociadores rusos y ucranianos en el parque Belovezhskaya, situado en la región bielorrusa de Brest, pegado a la frontera con Polonia.
Tras la reunión, uno de los integrantes de la comitiva ucraniana, el asesor presidencial Mijaíl Podolyak, escribió en su cuenta de Twitter que “desgraciadamente, los resultados que Ucrania necesita no fueron alcanzados”, e informó que en el único punto en que hubo acuerdo fue en la creación de corredores humanitarios para permitir la evacuación de la población civil que se encuentra en los lugares donde se están produciendo combates, que sería acompañada de un posible alto el fuego temporal en dichas zonas.
Antes de comenzar esta segunda ronda de negociaciones, Podolyak había manifestado que los puntos más importantes de la agenda ucraniana eran el cese del fuego inmediato y un armisticio, cosas que el país estuvo lejos de alcanzar.
Por su parte, el jefe negociador ruso, Vladimir Medinski, dijo que las partes acordaron realizar un tercer encuentro en los próximos días y abordó algunas de las cuestiones que se conversaron en el cónclave.
De acuerdo a lo que informó la cadena rusa RT, el funcionario del Kremlin explicó que se discutieron cuestiones militares y de carácter internacional-humanitario, así como relativas a la futura resolución política del conflicto, y calificó de “avance considerable” el acuerdo al que se llegó para permitir la creación de los corredores humanitarios.
Antes del inicio de estas conversaciones en Bielorrusia el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en una conferencia de prensa pidió negociar directamente con el presidente ruso, Vladimir Putin, para detener la guerra.
“Tengo que hablar con Putin [...] porque ese es el único modo de frenar esta guerra”, sostuvo el mandatario ucraniano. “Hay que hablar sin condiciones, sin rencor, como hombres”, manifestó.
Hablándole a Putin, Zelenski dijo: “Sentate conmigo, pero no a 30 metros, como con Macron o con Scholz. Soy un tipo normal, ¡no muerdo!”, agregó en referencia a los encuentros que tuvo el mandatario ruso con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y con el canciller de Alemania, Olaf Scholz, en los días previos a que iniciara la invasión en Ucrania, en que las fotos oficiales mostraron a los gobernantes enfrentados, sentados en las cabeceras de una larga mesa de mármol blanco.
La Gran Rusia
Mientras tanto, durante un discurso televisivo, Putin reafirmó los motivos que lo llevaron a ordenar la “operación militar especial” en Ucrania, mostró su conformidad por cómo se han desarrollado las acciones en el vecino país y reafirmó su visión de que el ruso y el ucraniano “son un solo pueblo”.
Putin describió a los soldados rusos como “verdaderos héroes” e insistió en que la operación militar especial de Rusia iba “de acuerdo con el plan”. Además, dijo que se darán compensaciones económicas a los familiares de los soldados caídos durante el conflicto.
El mandatario dijo también que los ucranianos y los rusos son “un solo pueblo”, pero los ucranianos están “amenazados” y desde Occidente “les han lavado el cerebro”.
Asimismo, Putin insistió en su retórica de que su Ejército está combatiendo contra neonazis ucranianos y mercenarios extranjeros y además dijo que estos vienen utilizando a la población civil como escudos humanos.
El mismo tono beligerante e intransigente empleó el presidente ruso durante una larga conversación telefónica que mantuvo este jueves con su par francés, Emmanuel Macron, quien desde antes de la invasión estuvo realizando intensas gestiones para evitar un conflicto.
Según contó el mandatario galo en su cuenta de Twitter, durante el diálogo que mantuvo con Putin le dijo que al entrar en Ucrania “había cometido un gran error”, algo que el ruso desestimó diciéndole que la ofensiva de su Ejército no se detendrá.
“Hablé con el presidente Putin esta mañana. Se niega a detener sus ataques contra Ucrania en este momento. Es vital mantener el diálogo para evitar la tragedia humana”, escribió Macron, y agregó que seguirá hablando con Putin para intentar “evitar lo peor”.
Lavrov: “Se está haciendo lo correcto”
El jefe de la diplomacia rusa, el ministro de Relaciones Exteriores Serguéi Lavrov, brindó este jueves una conferencia de prensa en Moscú en la que participaron medios locales y extranjeros y tocó varios puntos del actual conflicto bélico.
Lavrov habló sobre la cuestión nuclear a la que se había referido un día antes y negó que Rusia esté dispuesta a dar ese paso.
“Está claro para todos que la Tercera Guerra Mundial sólo puede ser nuclear. Sin embargo, me gustaría señalar que los pensamientos de una guerra nuclear están dando vueltas en la cabeza de los políticos occidentales, pero no en la cabeza de los rusos”, expresó Lavrov.
El funcionario dijo que Rusia confía en que la situación en torno a Ucrania se resolverá y manifestó que Moscú está lista para mantener conversaciones con Kiev, pero continuará con la operación militar porque no puede “permitir que Ucrania mantenga las instalaciones de infraestructura que amenazan a Rusia”.
“La desmilitarización en este sentido se completará, incluso si firmamos un acuerdo de paz. Este acuerdo ciertamente incluirá ese párrafo”, señaló Lavrov, cuyas declaraciones fueron recogidas por la agencia oficial rusa TASS.
El alto funcionario del Kremlin, quien está en el cargo desde 2004, dijo que aún es demasiado pronto para evaluar la operación rusa y las conversaciones entre las partes, pero aseguró que “se está haciendo lo correcto”.
Lavrov también habló de las garantías de seguridad que su país les viene pidiendo desde hace largo tiempo a Estados Unidos y también a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y expresó que las potencias occidentales no pueden decidir qué necesita Rusia para garantizar su seguridad. “Nos dicen: la adhesión a la OTAN de Ucrania o cualquier otro país, que no es parte de la alianza ahora, no representará ninguna amenaza para la seguridad de Rusia. ¿Pero por qué diablos debería Occidente decidir qué necesitamos para garantizar nuestra seguridad?”, se preguntó el funcionario.
Durante la conferencia de prensa, Lavrov también habló sobre las sanciones que están recayendo tanto sobre empresas y entidades bancarias y financieras rusas como sobre particulares, entre los que se encuentran altos funcionarios y también muchos multimillonarios rusos.
Las sanciones actuales “son una especie de impuesto a la independencia” y los países que prohibieron a sus empresas trabajar en Rusia tomaron la medida bajo “una gran presión”, afirmó Lavrov, y concluyó su contacto con los medios diciendo: “Si esperan que Rusia se arrastre y ceda ante la dictadura de alguien, sus expectativas están equivocadas. De hecho, deberían recordar nuestra historia: nunca hemos hecho acuerdos bajo presión”.