Mientras el Ejército ucraniano aún resiste con lo último que le queda en la ciudad portuaria de Mariúpol, situada en el Donbás, en el sureste del país, en las últimas horas las fuerzas rusas atacaron las ciudades de Járkov, en el noreste, y Dnipró, también situada en el este, dejando claro que el objetivo de Moscú es conquistar cuanto antes dicha zona del territorio ucraniano.

Medios internacionales informaron que un convoy de más de 12 kilómetros está en las afueras de Járkov, dando la idea de que una gran ofensiva se iniciará sobre esa ciudad, la segunda más grande de Ucrania. El alcalde de Járkov, Ihor Terekhov, dijo este lunes en una entrevista televisiva recogida por la agencia de noticias Reuters que la ciudad fue objeto de múltiples bombardeos que dejaron decenas de víctimas. De todas maneras, el funcionario mostró confianza y dijo que las fuerzas ucranianas estaban enfocadas y listas para defender la ciudad.

Pero el drama es mucho mayor en la ciudad portuaria de Mariúpol, situada sobre el mar de Azov, donde los muertos se cuentan por miles, según informó el alcalde Vadim Boichenko. En una entrevista con la agencia Associated Press, Boichenko afirmó que al menos 10.000 civiles murieron tras más de seis semanas de asedio de las fuerzas rusas. Boichenko agregó que el número de muertos puede ser mucho mayor y afirmó que “las calles están alfombradas de cadáveres”.

Pese a que la situación es durísima, este lunes el jefe militar de Ucrania, el general Valeriy Zaluzhnyi dijo que las fuerzas leales al gobierno aún defienden la ciudad. En un mensaje en su cuenta de Facebook, Zaluzhnyi dijo: “La comunicación con las unidades de las fuerzas de defensa que mantienen heroicamente la ciudad es estable y se mantiene. Estamos haciendo lo posible y lo imposible por la victoria y la preservación de la vida del personal y de los civiles en todas las direcciones. ¡Creé en las Fuerzas Armadas de Ucrania!”.

En caso de que caiga, algo que parece inminente, Mariúpol sería la primera gran ciudad tomada por Rusia desde que sus tropas invadieron Ucrania el 24 de febrero. Las fuerzas rusas que avanzan desde Crimea podrían unirse a las tropas que vienen del este y centrar su atención en rodear al ejército enemigo que está en la zona.

También este lunes, autoridades ucranianas informaron que bombardeos rusos destruyeron el aeropuerto de la ciudad de Dnipró, la cuarta más grande del país, en la que viven cerca de un millón de habitantes, ubicada en el este del territorio ucraniano, sobre las costas de río Dniéper.

Atrocidades, encuentro en Moscú y el posible fin de décadas de neutralidad

Fuentes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) citadas por Reuters informaron que su personal presente en Ucrania escucha cada vez con más frecuencia denuncias de actos de violencia sexual en el marco de la invasión rusa.

La diplomática jordana Sima Bahous, directora ejecutiva de ONU Mujeres, en un mensaje dirigido al Consejo de Seguridad de la entidad dijo: “Cada vez escuchamos más sobre violaciones y violencia sexual. La combinación del desplazamiento masivo con los resultados de la gran presión de los reclutas y mercenarios y la brutalidad mostrada contra los civiles ucranianos cruzó todas las líneas rojas”.

Por su parte, Kateryna Cherepakha, presidenta de La Strada-Ucrania, una organización de derechos humanos, también dijo que su entidad había recibido denuncias que acusaban a soldados rusos de nueve casos de violación, que involucraban a 12 mujeres y niñas.

Mientras la guerra prosigue y las negociaciones entre las partes están estancadas, sorprendió este lunes la visita a Moscú del canciller austríaco, Karl Nehammer, quien se reunió con el presidente ruso, Vladimir Putin, en el que fue el primer encuentro entre un líder europeo y su homólogo ruso desde que empezó la guerra.

Según informó El País de Madrid, la reunión no tuvo foto protocolar, se llevó a cabo a puertas cerradas y fue mano a mano, porque no fue necesario intérprete en virtud de que Putin habla alemán.

Si bien Austria integra la Unión Europea (UE), no está dentro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), por lo que su posición es peculiar. El conservador Nehammer, uno de los principales defensores de la compra de gas ruso dentro la UE, fue objeto de críticas por su viaje a Moscú, aunque en la conferencia de prensa que brindó luego de la reunión no se mostró optimista. “No tengo, en general, una impresión optimista de esta conversación con el presidente Putin. Es evidente que se está preparando una ofensiva a gran escala [en el este de Ucrania]”, sostuvo. El diario austríaco Kronen Zeitung informó, citando fuentes del gobierno, que el canciller mantuvo una charla “muy directa, abierta y dura” con Putin en su residencia en Novo-Ogaryovo, a las afueras de Moscú. “En una guerra sólo hay perdedores de ambos lados”, fue el principal mensaje del político durante el encuentro.

Paralelamente, la situación generada por la guerra llevó a que los gobiernos de Suecia y Finlandia hicieran algunos movimientos para eventualmente integrarse a la OTAN, algo que rompería la histórica tradición de neutralidad que estos dos países sostienen desde hace décadas. El miedo a un ataque futuro de Rusia está deteriorando en gran medida la tradicional postura no alineada de los dos países, informó el portal español Público, que agregó que la oficialización del ingreso de estos dos países en la alianza militar se podría concretar en la cumbre que la OTAN celebrará en junio en Madrid.

Desde Moscú se advirtió recientemente de que la entrada de Finlandia y Suecia a la OTAN supondría un “reequilibrio de la situación”, aunque el Kremlin rebajó la tensión asegurando que ese hecho no constituiría una “amenaza existencial” para el país.