La Cámara de los Comunes aprobó una moción para investigar si el primer ministro, Boris Johnson, mintió al Parlamento cuando dijo que no estaba al tanto de haber quebrantado alguna norma al asistir a las fiestas en las oficinas de Downing Street durante la pandemia. Por esos hechos fueron multados con 50 libras el propio gobernante y medio centenar de funcionarios. Con esa multa, señaló la agencia Associated Press, Johnson se convirtió en el primer jefe de gobierno británico condenado por incumplir una ley durante su mandato.
La moción para investigar a Johnson fue presentada este jueves por la oposición laborista, que considera que el primer ministro conservador engañó a la Cámara de los Comunes y que por lo tanto debe renunciar. Esta iniciativa fue aprobada sin necesidad de una votación: la presidencia de la cámara se encargó de preguntar si alguien se oponía a que se abriera la investigación y no hubo objeciones.
Más temprano, el gobierno había retirado una enmienda que apuntaba a retrasar la decisión sobre esta investigación. Al respecto, Johnson dijo a la BBC: “Lo que he decidido es que no quiero que haya una ausencia de escrutinio, y si la oposición quiere centrarse en esto y continuar hablando sobre esto, está bien”. El gobernante, que se encuentra en un viaje oficial en India, aclaró que él prefiere centrarse “en el futuro” de su país, y que no tiene “nada que esconder” sobre el caso conocido como Partygate.
La investigación estará a cargo del Comité de Privilegios de la cámara, integrado por representantes del oficialismo y la oposición. Según propone la moción laborista, ese comité comenzará con sus indagatorias una vez que la Policía haya terminado su propia investigación sobre las fiestas en Downing Street. Durante el debate parlamentario, un diputado conservador, Steve Baker, dijo que Johnson “hace tiempo que se tendría que haber ido”. Si bien su postura fue la más terminante, otros representantes del oficialismo también criticaron a Johnson. “Sin haber llegado a una decisión final sobre la posición del primer ministro, estoy profundamente decepcionado con lo que ocurrió en el número 10 de Downing Street”, dijo uno de ellos, Bob Neill.
Pero más allá de las opiniones de representantes de su propio sector político, el primer ministro británico dejó en claro que no piensa renunciar al cargo. Incluso manifestó su convicción de que será el candidato conservador en las elecciones de 2024. “Por supuesto que lo soy”, dijo. “Lo que estoy determinado a hacer es asegurarme de que continuemos con nuestra agenda”, señaló.
La semana pasada Johnson pidió disculpas “de todo corazón” por haber asistido a estas fiestas. Insistió en que al ir a una fiesta de cumpleaños sorpresa en su oficina no sabía que estaba rompiendo reglas. Sin embargo, en ese momento el gobierno que él preside había aprobado normas que disponían el distanciamiento social por la pandemia de coronavirus, e incluso los funerales estaban prohibidos. También en esa ocasión el primer ministro dijo que quiere enfocarse en seguir gobernando. “Quiero poder continuar con el mandato que tengo y abordar los problemas que afronta el país, asegurarme de que cumplimos con lo que espera la gente de este país. Esa es mi prioridad”, aseveró.
Para el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, la disculpa fue “una broma”. El dirigente opositor manifestó ante la Cámara de los Comunes que Johnson “sabe que es deshonesto e incapaz de cambiar”, “así que arrastra a todos los demás con él”. Según informaron agencias internacionales, la presidenta de la cámara, Lindsay Hoyle, le señaló a Starmer que las reglas parlamentarias no permiten acusar a otro legislador de mentir. Pero poco después hizo lo mismo otro diputado laborista, Karl Turner. “Retiro la palabra ‘mentiroso’, señora presidenta”, dijo a continuación. “Pero el electorado ya habrá tomado su decisión”, agregó.