Este sábado a la mañana en la Expo Center Norte de San Pablo, frente a 4.000 personas, el líder del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula de Silva, lanzó su candidatura para las elecciones presidenciales, en las que enfrentará al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, el 2 de octubre.

“La lección más importante que aprendí en 50 años de vida pública, ocho de los cuales presidí este país, es que gobernar debe ser un acto de amor”, dijo Lula en tono conciliador durante el acto. En esta oportunidad el candidato se apartó de su estilo espontáneo: dejó la improvisación de lado y prefirió leer un discurso.

“No esperen de mí resentimientos, dolores o deseo de venganza”, expresó Lula al referirse a la condena que atravesó por la Operación Lava Jato, cuya anulación fue ratificada por la mayoría del Supremo Tribunal Federal.

También confirmó la fórmula con Geraldo Alckmin, exgobernador paulista y líder del Partido Socialista Brasileño (PSB), al que calificó, cuando fueron adversarios en las elecciones de 2006, como una “cosa sosa, como comida sin sal”, y lo apodó “picolé de chuchu”, es decir, “palito de agua de chayote”, una verdura que no tiene gusto.

Según informó Folha de São Paulo, tras ser diagnosticado con covid-19 este viernes, el candidato a vicepresidente no pudo asistir al acto, pero envió un video que fue proyectado en una pantalla gigante. En tono jocoso, Alckmin expresó: “Gracias, presidente Lula, por darme el privilegio de su confianza. Aunque muchos no concuerden con tu opinión de que Lula es un plato que cae bien con chayote, lo que creo que se va a convertir en un hit de la culinaria brasileña, quiero decir, delante de toda la sociedad brasileña, muchas gracias”.

Es la primera vez que el PSB apoya una candidatura de Lula, informó Brasil de Fato. “Es preciso unir a los divergentes para poder enfrentar a los antagónicos”, dijo Lula, quien es el favorito para ganar la elección, según las últimas encuestas. “El grave momento que atraviesa el país, uno de los más graves de nuestra historia, nos obliga a superar eventuales divergencias para que construyamos juntos una vía de alternativa a la incompetencia y al autoritarismo que nos gobiernan”, agregó.

Luego el candidato del PT dio un giro en su discurso para referirse al “desmantelamiento” que atraviesa el país por parte del gobierno de Bolsonaro, cuyo “resultado” se observa en el aumento del costo del combustible, indicó. “Somos autosuficientes en petróleo, pero pagamos por una de las gasolinas más caras del mundo, valuada en un dólar, mientras que los brasileños reciben los salarios en real”.

En esa línea, Lula convocó a “los demócratas” del país a que lo apoyen para que “el fascismo sea devuelto a la cloaca de la historia, de donde jamás debería haber salido”, y los llamó a organizar la “mayor revolución pacífica” que ha tenido Brasil bajo el lema “Vamos juntos por Brasil”, con el que dio por inaugurada la campaña electoral de 2022.