En una entrevista que concedió al portal UOL, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva abordó varios temas en medio de la campaña electoral rumbo a las elecciones que se celebrarán el 2 de octubre, en las que todas las encuestas de intención de voto lo ubican en el primer lugar.
El líder del Partido de los Trabajadores dijo que no creía que fuera posible un golpe de Estado, porque de acuerdo a su visión las Fuerzas Armadas no apoyarían una ruptura democrática. “Hay que tener en cuenta que los militares son más responsables que [Jair] Bolsonaro”, dijo el exmandatario de 76 años. “Yo conviví con los militares y no tengo quejas sobre el comportamiento de las Fuerzas Armadas”, agregó. Luego, atacando directamente al presidente Bolsonaro, quien en varias ocasiones deslizó la posibilidad de una ruptura institucional, Lula afirmó que “las tonterías de las que habla Bolsonaro no tienen el apoyo de los militares en servicio activo, del alto mando”.
Al respecto el líder izquierdista agregó: “Cuando él [Bolsonaro] habla, dice ‘mi Ejército’, pero no es suyo. Él fue expulsado del Ejército por mala conducta. Entonces, ¿cómo podemos pensar en un golpe de Estado? No creo en un golpe de Estado, no creo que las Fuerzas Armadas piensen en eso”. Lula dijo también que, si Bolsonaro “se pone a jugar con la democracia, lo pagará caro”.
En otra parte de la entrevista, hablando sobre cómo conformaría su gabinete en caso de imponerse en las elecciones, Lula dijo que sus ministros, en primer lugar, deben tener un perfil netamente político. “Quiero personas con cabeza política. Puede ser abogado, médico, reciclador o lo que sea, pero quiero que tenga cabeza política. Si una persona tiene versatilidad política, puede ser ministro de Economía”, dijo Lula, quien agregó: “No quiero un gobierno burocrático, sólo con técnicos. Si los técnicos pudieran resolverlo todo, iría a buscarlos a la Universidad de San Pablo. Quien tiene que dirigir es la política. Todos mis ministros tendrán que tener una buena cabeza política. Luego sí armarán sus equipos con los mejores técnicos”.
Lula evitó dar nombres sobre quiénes podrían ocupar determinadas carteras, pero prometió restituirle el rango de ministerio al de Cultura, que durante los primeros días del gobierno de Bolsonaro fue absorbido por el recientemente creado Ministerio de Ciudadanía.
Agenda social y el precio de los combustibles
Lula también se refirió a cuestiones sociales y destacó que en caso de volver a la presidencia retomará varios programas que desarrolló en gobiernos anteriores, como el Programa de Aceleración del Crecimiento, un plan que focaliza inversiones públicas en el área de la vivienda, el transporte, el saneamiento y la energía, entre otros.
Además, el candidato del PT y sus aliados políticos aseguró que volverá a poner en práctica el programa de acceso a la vivienda Mi Casa Mi Vida y el plan Bolsa Familia, rebautizado por Bolsonaro Auxilio Brasil, que le otorga a las familias más pobres 600 reales por mes, aproximadamente 4.800 pesos uruguayos. Lula dijo que, si bien el plan se seguirá implementando, se revisarán los criterios para su asignación. “Tenemos que tener en cuenta el número de personas por familia, no puede ser igual para todos”, dijo Lula.
En cuanto a los gobiernos estaduales, el exmandatario dijo que en caso de ganar y asumir la presidencia el 1º de enero del año que viene, en los primeros días de enero quiere hacer una reunión con los 27 gobernadores para que ellos le hagan saber de primera mano las tres principales obras a desarrollar en cada estado en las áreas de educación y salud para poder comenzar a focalizarse en ellas antes de Carnaval. “No hay tiempo que perder”, dijo Lula al respecto.
Sobre el tema de los combustibles, que en los últimos tiempos registraron un importante aumento en el país, Lula dijo que la actual política de la empresa estatal Petrobras es “complacer a los accionistas a expensas de los brasileños”, y prometió hacer cambios para que el precio se calcule de acuerdo con los costos locales, “porque producimos en reales y pagamos salarios en reales”. El postulante afirmó que su idea es aumentar la inversión para que crezca la capacidad de refinación de crudo en el país y prometió trabajar para hacer que la principal empresa brasileña se destaque a nivel internacional. “Voy a hacer que Petrobras sea, si no la primera, la segunda petrolera del mundo”, dijo Lula. Consultado sobre cómo piensa tratar con los bancos públicos, el candidato dijo que ampliará las actividades del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) para beneficiar a las pequeñas y medianas empresas.
“Quiero hacer del BNDES un ‘prestamista’ de dinero para los pequeños y medianos empresarios, para que podamos impulsar la economía brasileña”, explicó Lula.