Al igual que lo habían hecho en las últimas horas varios líderes latinoamericanos, como el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, el chileno Gabriel Boric, el boliviano Luis Arce, el colombiano Gustavo Petro y el argentino Alberto Fernández, el líder de la izquierda francesa, Jean-Luc Mélenchon, calificó como “escándalo” las grabaciones que se divulgaron el fin de semana en las que quedó en evidencia cómo, desde la derecha española en complicidad con algunos periodistas, se tramó una operación para intentar desprestigiar a Pablo Iglesias, máximo referente de Podemos.

En los audios, publicados por el portal de periodismo de investigación español Crónica Libre, se difundió una conversación entre Antonio García Ferreras, presentador del programa Al rojo vivo que emite la cadena La Sexta, y el comisario jubilado José Manuel Villarejo. En ella, según consignó Público, se evidencia la complicidad entre ambos y el director del medio digital OkDiario, Eduardo Inda, y muestra cómo el comunicador asegura que publicó una información muy dudosa -“burda”, llegó a decir- sobre Pablo Iglesias.

La información falsa atribuía al exlíder de Podemos la titularidad de una cuenta en el paraíso fiscal de Islas Granadinas por 272.000 euros. Según dijo en su momento García Ferreras, el dinero habría sido depositado en 2016 a nombre de Iglesias por el gobierno venezolano de Nicolás Maduro. En aquel momento, Podemos era una fuerza política emergente y las encuestas la daban como la segunda con más apoyos, únicamente superada por el Partido Popular.

Luego de que la información, que ahora se sabe que era falsa, fuera publicada, el político izquierdista demandó a OkDiario por difamación, pero su reclamo no prosperó, e incluso tuvo que pagar alrededor de 30.000 euros por concepto de costas judiciales.

Ahora, luego de que los audios dejaran la trama al descubierto, Iglesias manifestó que, según su criterio, un sector del periodismo junto a “las cloacas y otros poderes del Estado” trabajaron en forma conjunta “para destrozar la reputación de algunos políticos, para alterar los resultados electorales”. El exvicepresidente segundo del gobierno dijo que esto “es algo gravísimo que afecta la propia imagen del periodismo”.