Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores, Jair Bolsonaro del Partido Liberal, Ciro Gomes del Partido Laborista Democrático, Simone Tebet del Movimiento Democrático Brasileño, Soraya Thronicke de la coalición derechista Unión Brasil, el Padre Kelmon del Partido Laborista Brasileño y Felipe D'Avila del partido liberal Novo fueron los candidatos que participaron en el último debate, realizado en los estudios de la cadena O Globo, en la ciudad de Río de Janeiro.

El primer bloque del debate estuvo marcado por los cruces y las mutuas acusaciones entre Lula y Bolsonaro. El actual mandatario de entrada calificó a su principal adversario de “corrupto”, “expresidiario” y “ladrón”, lo que generó el pedido de respuesta de Lula, quien a su vez acusó a Bolsonaro y a sus hijos por supuestos hechos de corrupción ocurridos en los últimos años.

Notoriamente enojado, Bolsonaro respondió a Lula volviendo al tema de la corrupción, que motivó una nueva respuesta de Lula. El ida y vuelta dejó por unos cuantos minutos de lado al resto de los candidatos participantes, y la situación fue tal que Ciro Gomes bromeó diciendo si él “podía esperar afuera” mientras Lula y Bolsonaro intercambiaban acusaciones.

Antes, en un mano a mano con Lula, el socialdemócrata Gomes criticó la política económica de los gobiernos del líder del PT y también de Dilma Rousseff, pero Lula respondió rápidamente brindando números sobre logros de su gestión. Además, Lula chicaneó a Gomes. “Te noto nervioso, Ciro. Te noto nervioso. Cuando vos citás a los gobiernos del PT, olvidás que el actual presidente no heredó el gobierno de Dilma, sino de un presidente golpista”, haciendo alusión a Michel Temer, quien asumió la jefatura del Ejecutivo en 2016, luego de la destitución mediante un golpe parlamentario de Rousseff.

En el primer bloque la candidata que salió mejor parada pareció ser la centrista Tebet, quien inteligentemente criticó el clima hostil que se había generado entre Lula y Bolsonaro y, en un tono mucho más amable, hizo referencia a algunas políticas que implementaría en caso de ser presidenta, particularmente en el área de la salud.

Por su parte el candidato liberal D´Avila, quien no alcanza el 1% en las encuestas, defendió la idea de un Estado pequeño, pero eficiente, acompañando su discurso con una sonrisa amable en medio del clima hostil que dominaba el escenario del debate.

El toque pintoresco de la noche lo puso el candidato Padre Kelmon, un sacerdote que se postula por el Partido Laborista Brasileño, fundado por Getúlio Vargas, que con el correr de las décadas pasó de ser un sector progresista a ser un pequeño partido profundamente conservador. En sus esporádicas participaciones, Kelmon se alineó con Bolsonaro, defendió la idea de la reducción del Estado a una mínima expresión y atacó a las universidades estatales, a las que calificó como “criaderos de petistas”. También criticó a la candidata derechista Soraya Thronicke por su idea de querer implementar un impuesto único federal para impulsar políticas públicas.