El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció en cadena de radio y televisión que se postulará a la reelección. “Luego de conversarlo con mi esposa, Gabriela, y con mi familia, anuncio al pueblo salvadoreño que he decidido correr como candidato a la presidencia en las elecciones de 2024”, informó el jueves.
Su anuncio causó reacciones de rechazo en su país porque hasta setiembre de 2021 la Constitución de El Salvador prohibía la reelección inmediata. Esto fue modificado por un fallo de la Sala Constitucional de la Suprema Corte de Justicia que interpretó que la prohibición se aplica sólo a un gobernante que haya estado en el poder durante diez años. Fallos anteriores entendían que un presidente debía terminar su período de gobierno de cinco años y esperar diez más para volver a postularse a la presidencia.
El pronunciamiento de la Sala Constitucional señala que lo “ilegítimo sería promover la continuidad del presidente o una reelección más allá de los diez años, es decir, más allá de dos períodos”. También concluye que, para postularse a la reelección, el presidente debe solicitar licencia seis meses antes del comienzo del siguiente período de gobierno.
Bukele no se pronunció sobre ese cambio en su momento, pero varios diputados de su partido, Nuevas Ideas, y funcionarios de gobierno pidieron en los últimos meses que el presidente se postulara a la reelección.
En su cadena nacional del jueves, Bukele dijo que tomó esta decisión para continuar en un rumbo que definió como el “correcto”, y agregó: “De seguro, más de algún país desarrollado no estará de acuerdo con esta decisión, pero no son ellos los que decidirán, sino el pueblo salvadoreño”.
El presidente cuenta con amplio respaldo de la población, tal como lo obtuvo en 2020, cuando se renovó el Parlamento y el oficialismo pasó a contar con 70% de las bancas. De ese modo, Nuevas Ideas y sus aliados tienen la capacidad de tomar decisiones en el Legislativo sin necesidad de negociar con otras organizaciones políticas. La primera decisión que tomó el oficialismo cuando obtuvo la mayoría parlamentaria fue la de remover a los integrantes de la Sala Constitucional de la Corte Suprema y al fiscal general, y designar nuevos titulares en esos cargos.
En 2019, cuando llegó a la presidencia, Bukele calificaba como “dictadores” a los presidentes de Honduras, Juan Orlando Hernández, y Nicaragua, Daniel Ortega, que habían llegado a la reelección gracias a fallos judiciales que les permitieron esquivar prohibiciones constitucionales, recordó la agencia de noticias Efe. Del mismo modo, los partidos políticos opositores cuestionan la reelección de Bukele y sostienen que la prohibición de la reelección sigue vigente.
Dina Argueta, diputada del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), dijo que la Constitución “no permite la reelección”. En su opinión “hay funcionarios en este país que necesitan de una reelección para tapar todos aquellos casos y posibles señalamientos una vez finalizado su período” y “para evitar posibles enjuiciamientos”.
Por su parte, la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) emitió un comunicado en el que afirmó que Bukele “se vende como el redentor de El Salvador, pero en realidad ha sumido en un caos” al país. “Ha pactado con pandillas, la vida es más cara, la corrupción es peor que nunca. Ha destruido nuestra democracia y nuestro Estado de Derecho”, afirmó, según citó Efe. Para Arena, Bukele “se quitó la máscara y develó su verdadera intención: perpetuarse en el poder”.