Prófugo desde 1993, el jefe de la mafia siciliana, la Cosa Nostra, fue detenido este lunes cuando asistió a la clínica La Maddalena, en Palermo. Matteo Messina Denaro recibía tratamiento allí bajo la falsa identidad de Andrea Bonafede.
Después de ser por 30 años el delincuente más buscado de Italia, Messina fue esperado en la clínica por un operativo policial que lo detuvo cuando iba a ingresar, sin que él opusiera resistencia, según informó el fiscal de Palermo, Maurizio De Lucia. Incluso Messina accedió a identificarse con su nombre real cuando se lo pidieron, aunque los Carabineros ya lo habían reconocido.
Según informó la agencia Efe, el comandante de los Carabineros, Pasquale Angelosanto, dijo que dar con Messina tomó “muchos años” de investigación, pero que en “el último período” la atención se centró en la salud del “capo de capos” porque se sabía que estaba enfermo. Se enfocaron en conocer la fecha en la que recibiría tratamiento contra el cáncer en la clínica, hasta que supieron que acudiría este lunes.
En el momento de ser detenido esperaba para hacerse un análisis de covid antes de recibir quimioterapia. “Nunca hubiéramos imaginado que un señor enfermo y en tal mal estado esperando a ser ingresado en la clínica pudiera ser el ‘capo’ al que se lleva 30 años buscando”, dijo al diario Corriere della Sera la directora de la clínica, Stefania Filosto.
Angelosanto agregó que en la última década hubo más de 100 arrestos vinculados con la Cosa Nostra y que se incautaron cientos de millones de euros, lo que la ha debilitado. A su vez, De Lucia informó que ahora la investigación se enfocará en “las actuales protecciones de las que ha gozado” Messina en los últimos 30 años, y dijo que “la mafia no ha sido derrotada, el error más grave sería pensar eso”. Sin embargo, señaló que Messina era “el último capo” de la era de los atentados de los años 90.
Messina, de 60 años, deberá cumplir con varias cadenas perpetuas a las que fue condenado por atentados cometidos por la Cosa Nostra en 1993 en Florencia, Roma y Milán, en los que murió una decena de personas, además de otros asesinatos y secuestros, entre varios delitos. Se lo considera también el autor intelectual de los ataques con bombas en los que murieron en 1992 dos jueces antimafia, Paolo Borsellino y Giovani Falcone, además de la esposa de este último, Francesca Morvillo, y ocho funcionarios de seguridad que protegían a los magistrados.
Esos atentados fueron reivindicados por Totó Riina, otro jefe mafioso, mientras que las bombas de 1993 fueron encargadas por otro, Bernardo Provenzano. Sin embargo, en una sentencia se reconoce el papel de Messina en unos y otros atentados. Después de esos hechos, el jefe de la Cosa Nostra desapareció. Por entonces, Messina le escribió a su novia, Angela: “Oirás de mí y me pintarán como un demonio, pero todo son falsedades”. Según los investigadores, en la clandestinidad siguió ocupando un lugar de poder.
Para la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, la detención de Messina fue “una gran victoria para el Estado, que demuestra que no se rinde ante la mafia”. Agradeció a “las fuerzas policiales y, en particular, a los Carabineros, a la Fiscalía Nacional Antimafia y a la Fiscalía de Palermo por la captura del máximo exponente de la delincuencia mafiosa”.
A su vez, el presidente de la República, Sergio Mattarella, llamó por teléfono al Ministro del Interior, Matteo Piantedosi, y al comandante de los Carabineros para transmitirles su felicitaciones por la detención de Messina, “realizada en estrecha colaboración con el Poder Judicial”.
Hoy es “un día extraordinario para el Estado y para todos los que siempre han luchado contra la mafia”, dijo a su vez Piantedosi, al tiempo que Matteo Salvini, líder de la Liga, uno de los socios en el gobierno de ultraderecha italiano, celebró que Messina “haya terminado esposado”.
“Con profunda emoción agradezco a las mujeres y hombres del Estado que nunca se han rendido, confirmando la regla de que tarde o temprano incluso los mayores criminales en fuga son perseguidos y llevados ante la Justicia. Es un hermoso día para Italia y que sirve como una advertencia para la mafia: las instituciones y nuestros héroes uniformados nunca se dan por vencidos”, agregó Salvini.