La ministra Norma Piña Hernández, una especialista en Derecho Constitucional de 63 años, fue elegida ayer como la nueva presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), así como del Consejo de la Judicatura Federal (CJF).

Según informó el portal mexicano Animal Político, Piña ocupará el cargo hasta finales de 2026 y es la primera mujer que encabezará el Poder Judicial en toda la historia mexicana.

Tras tres rondas de votación, superó a los otros cuatro aspirantes a ocupar el cargo: Yasmín Esquivel, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Javier Laynez y Alberto Pérez Dayán. Durante la última ronda de votaciones, Piña superó a Gutiérrez Ortiz Mena por seis votos contra cinco del ministro.

Al asumir la presidencia de la Corte, Piña agradeció a sus compañeros ministros y aseguró que buscará representar al Poder Judicial de la mejor manera. Dijo que llegar a esta instancia es romper lo que parecía “un inaccesible techo de cristal” para las mujeres.

“Me siento acompañada, respaldada, acuerpada por todas ellas, por todas nosotras, me siento muy fuerte porque sé que estamos todas aquí, nos colocamos al centro de la herradura de este tribunal pleno, demostrándonos que sí podemos. Agradezco a las que sí han creído”, expresó Piña durante su discurso de asunción.

“Honro en este momento a las que ya no están. Trabajamos, nos esforzamos todos los días por una sociedad más justa, más igualitaria, sin violencia contra las mujeres. Ese es un anhelo, que no les quepa duda”, añadió la magistrada, quien es una reconocida defensora del derecho al aborto.

Piña es ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación desde 2015, cuando fue electa para el cargo en el Senado.

La elección de Piña para sustituir a su predecesor, Arturo Zaldívar, se dio en medio de una controversia por la publicación, en varios medios críticos con el gobierno, de un análisis realizado por un profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el que acusaba a otra aspirante a la presidencia de la Suprema Corte, la magistrada Yasmín Esquivel, de plagiar su tesis de graduación en 1987, según informó AFP.

Esquivel, quien niega dichos señalamientos y denunció el caso ante la Fiscalía, es vista como una persona cercana al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien hace un tiempo había denunciado que el Poder Judicial estaba “secuestrado”, por lo que era necesaria “una renovación profunda” que pusiera fin al “influyentismo” y la impunidad.

Antes de la votación en la que finalmente Piña fue electa, Esquivel denunció que las acusaciones en su contra constituían una “manipulación” para “incidir” en el proceso. Por su parte, López Obrador, quien consideró los señalamientos contra Esquivel como un ataque en su contra, anunció ayer, antes de la votación, que iba a reconocer a cualquiera que resultara ganador. “Ni modo que vamos a declararle la guerra al Poder Judicial”, expresó el mandatario, remarcando que por sobre todas las cosas debe prevalecer la colaboración e independencia entre los diferentes poderes del Estado.

Esquivel, además de negar las acusaciones en su contra, señaló a otro abogado, Édgar Báez, del plagio de partes de su tesis.

Un dictamen de la Fiscalía de Ciudad de México, difundido ayer por medios locales descarta que la magistrada hubiera plagiado el trabajo de grado y cita una declaración notariada de Báez en la que admite “haber tomado ‘varias referencias y texto’ del proyecto” de Esquivel.

Sin embargo, en una entrevista publicada el sábado por el diario Eje Central, Báez aseguró que la tesis con la que se graduó un año antes que Esquivel es íntegramente de su autoría.

El caso también es investigado por la UNAM, que otorgó todos los títulos en cuestión.