Una incursión militar del Ejército israelí en el campamento de refugiados de Jenín, en el norte de Cisjordania, dejó este jueves nueve muertos después de que ocurrieran enfrentamientos con milicianos locales. Cerca de una veintena de personas fueron heridas.
“El número de muertos por la agresión israelí en Yenín desde esta mañana asciende a nueve mártires, incluida una anciana”, informó el Ministerio de Salud palestino, según citó la agencia Efe.
Por su parte, un portavoz militar israelí dijo que policías y soldados llevaron adelante una operación para “detener a un escuadrón terrorista” de la Yihad Islámica que estuvo involucrado “en ejecutar y planificar múltiples ataques terroristas importantes, incluidos ataques con disparos contra soldados y civiles israelíes”. Agregó que el grupo armado “abrió fuego contra las fuerzas de seguridad isralíes”, que respondieron y dispararon también contra otros sospechosos en el campo de refugiados.
Por su parte, el jefe del Ejército israelí, Herzi Halevi, ordenó este jueves a esas fuerzas que “aumenten la preparación” y que “sigan llevando a cabo actividades antiterroristas”.
“Lo que sucede en Yenín y su campo es una masacre llevada a cabo por el gobierno de ocupación israelí ante el sospechoso silencio internacional”, manifestó en un comunicado la oficina del presidente palestino, Mahmud Abbas, que llamó a la comunidad internacional a “tomar medidas urgentes para proteger al pueblo palestino”. Abbas declaró tres días de luto, al tiempo que su partido, Al Fatah, convocó a una jornada de paro en Cisjordania y Jerusalén en repudio a la acción militar israelí.
A su vez, el movimiento Hamas, que gobierna en Gaza, manifestó que Israel “pagará el precio” por la “masacre” en Yenín y que “la voluntad del pueblo palestino es más firme que los crímenes de la ocupación”.
También la Liga Árabe calificó como una masacre lo ocurrido. “Se trata de una horrible masacre que el Ejército de ocupación continúa cometiendo [...] utilizando todo tipo de armas, ejecuciones, destrucción de propiedades e instituciones públicas”, dijo a periodistas en El Cairo el secretario general adjunto de la Liga Árabe para Asuntos de Palestina y los Territorios Ocupados, Saeed Abu Ali. Agregó que lo que sucedió en Yenín “forma parte de la guerra de la oscuridad librada por el gobierno de [Benjamin] Netanyahu desde principios de año en Jerusalén y todas las ciudades ocupadas”.
En lo que va del año, 29 palestinos murieron por disparos israelíes, más de uno por día, informó Efe. En 2022 murieron en las mismas circunstancias 170 palestinos.
Abu Ali pidió a la comunidad internacional que “cumpla con sus responsabilidades [...] y tome medidas inmediatas para detener esta masacre y la sangrienta agresión contra el pueblo palestino”.
A su vez, el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abulgheit, manifestó “gran preocupación por los acontecimientos en los territorios ocupados” y cuestionó “el estado de silencio internacional respecto de lo que está ocurriendo”, según el portavoz de la organización, Gamal Roshdi. “El silencio en torno a incursiones en zonas residenciales y contra hospitales y la matanza de palestinos de esta vergonzosa forma, como estamos presenciando en Yenín, amenaza con detonar la situación en los territorios ocupados y desatar un ciclo infernal de violencia”, agregó Roshdi.
Este jueves también la Unión Europea se refirió a lo ocurrido en Yenín. “Mientras tomamos nota de las legítimas preocupaciones de Israel por su seguridad, reiteramos nuestra posición de que el uso de la fuerza y el uso de la fuerza letal debe ser proporcional y en consonancia con el derecho internacional”, dijo el portavoz comunitario de Exteriores Peter Stano. Señaló que la fuerza debe aplicarse sólo “como último recurso, cuando sea estrictamente inevitable y con el fin de proteger la vida, por lo que una vez más pedimos a ambas partes hacer todo lo posible para no escalar la situación y poner fin a este círculo vicioso de violencia”.
Por su parte, el coordinador especial de la Organización de las Naciones Unidas para el Proceso de Paz en Oriente Próximo, Tor Wennesland, manifestó su “profunda alarma” por “el continuado ciclo de violencia en Cisjordania”, y afirmó que “es crucial reducir las tensiones inmediatamente e impedir una mayor pérdida de vidas”, según citó Europa Press. Wennesland destacó que “desde el inicio de este año se siguen presenciando altos niveles de violencia y otras tendencias negativas que caracterizaron 2022”. Dijo que “es crucial reducir las tensiones inmediatamente e impedir una mayor pérdida de vidas”.